Se viene el Mundial, y la industria musical sacó a relucir la fórmula Ricky Martin + ritmo pegadizo + letra “pum para arriba”, ya probada con éxito en 1998, para darle vida a Vida, una de las “canciones del Mundial”, que carga con un inevitable destino de hit.

Pero esta vez, a diferencia de La copa de la vida, que tuvo a Desmond Child y a Draco Rosa en su equipo de autores, el tema surgió de la competencia Super Song , de la que participaron 1600 canciones compuestas por autores de 29 países, cuyo ganador fue el pre emergente norteamericano Elijah King, a la sazón hijo de puertorriqueños.

Como no podía ser de otra manera, la canción fue presentada con un video a la altura de su espíritu de celebración, rodado en la playa, con mucha gente -de todos los colores, por supuesto- bailando y festejando la fiesta del y extra fútbol.

Allí, alternando frases en inglés y en castellano, Martin canta “Vamos todos a gozar, vamos todos a cantar”, “Todos a través del mundo, hombres, mujeres, muchachos y chicas”, mientras sonrisas inmensas se mezclan con movimientos sensuales de caderas, pasos de capoeira y algo de fútbol playero unisex, en un Brasil que derrocha felicidad.

“He disfrutado cada momento del proceso, desde la invitación de Sony para formar parte del SuperSong , a tener la posibilidad de elegir la canción entre miles y grabarla, y poder viajar a Brasil a filmar el video”, dijo Martin, quien participará en la apertura del campeonato, como ya lo hizo en Francia, 16 años atrás.

Vida, que fue producido por el neoyorquino Salaam Remi -productor de Nas, Alicia Keys, Amy Winehouse y Miguel, entre otros- se suma a una lista de otros 13 temas que forman parte de la banda sonora de Brasil 2014.

Además, se destacan los locales Carlinhos Brown, Sergio Mendes, Bebel Gilberto y Alexandre Pires, y nombres como los de Carlos Santana, Pitbull, Avicii, The Isley Brothers, JLo y Shakira.

La colombiana es otra reincidente: después de haber aportado su Waka Waka a la contienda llevada a cabo en Sudáfrica en 2010, ahora contribuye con La La La, otro tema en el que “el mundo se vuelve uno solo” y donde “no hay espacio para el lamento y la tristeza”.


Por Eduardo Slusarczuk. Clarín