La mantuvieron cautiva durante 9 años junto a un perro y un mono. La encontraron pesando solamente 20 kilos y con retraso madurativo. Ambos están detenidos
Daniel, de 43 años, y su mujer Adriana, de 56, son los adoradores de San La Muerte que llevaron a cabo la atrocidad que está en boca de todos: mantuvieron esclavizada a su hija adoptiva durante 9 años. Ambos están detenidos y la jueza María Gabriela Lanz les negó al excarcelación, por lo que la semana que viene se debe definir su situación procesal. Los acusan de "reducción a la esclavitud y servidumbre, lesiones graves y privación ilegal de la libertad".
La víctima de 15 años, fue cedida a Daniel y Adriana cuando tenía apenas un año por parte de la madre biológica. Durante los primeros cuatro años, de manera esporádica, la familia biológica mantuvo contacto con la nena y los padres adoptivos. Pero un día comenzó el espanto: la nena fue encerrada en un garage y fue sometida a todo tipo de maltratos: la golpeaban, vivía junto a un perro y un mono, nunca la mandaron a la escuela, salió a la calle solamente dos días en casi una decádada y la alimentaron solamente con pan, agua y levadura de cerveza.
Los vecinos describieron a los adoradores como ermitaños. Según contaron, a Daniel le gustaba deambular por el barrio de madrugada. Un vecino narró que hace poco quisieron asaltarlo, y cuando le solicitó ayuda a Daniel, éste se negó.
A través de las ventanas de la casa ubicada sobre al calle Pola al 2758, en Villa Lugano, se podían ver las velas encendidas. Cuando se allanó, los investigadores sacaron una jaula donde tenían al mono y variados objetos ligados alculto de San La Muerte, como velas rojas y un altar en el living.
Héctor Amante, amigo de Daniel, justificó que la nena no iba al colegio porque "no podía ingresar por no tener los papeles correspondientes". Explicó, además, que su esposa se había ofrecido para darle clases particulares.
Sobre la esclavización de la chica, Amante aseguró que en la casa "no tienen garage" y confirmó que el mono estaba en una jaula. Agregó que los perros eran una pareja de afganos y que Daniel se dedicaba a criar otra pareja de chihuahuas. Acerca de su amigo, Héctor disparó: "Si Dani es culpable de esto, la labor de la asistente social está muy mal llevada a cabo".