Adquirió a exportadores y bancos 390 millones en una rueda en la que absorbió menos pesos tras bajar la tasa
E Banco Central (BCRA) concretó ayer la mayor compra de dólares del año, al alzarse con un total de 390 millones. Los obtuvo por ventas de exportadores y de bancos que aún deben readecuar sus tenencias de divisas al tope del 30% patrimonial reimpuesto por el Gobierno hace dos meses para forzarlos a desdolarizarse, tras haber consentido que lo hagan en los últimos nueve años.
Se trata, además, de la segunda adquisición en importancia desde que se creó el eufemísticamente denominado -aun en tiempos de restricciones- mercado único y libre de cambios (MULC), ya que se ubica sólo detrás de la que realizó el 22 de diciembre de 2012, cuando, a casi dos meses de instalado el cepo, se alzó con US$ 413 millones. Claro que aquella vez lo hizo tras haber obligado a las aseguradoras locales a repatriar los fondos que tenían invertidos en el exterior.
Esta vez la compra fue mucho más auténtica, ya que US$ 350 millones procedieron de liquidaciones realizadas por cerealeras, mineras y petroleras, y sólo US$ 40 millones correspondieron a ventas obligadas de bancos para cumplir con la normativa. Parte de ellas fueron anticipadas por la seguidilla de feriados que vienen en las próximas semanas, por la celebración de la Semana Santa y el 1° de mayo.
"Con el BCRA dando señales de no convalidar ajustes en el tipo de cambio y las tasas aún elevadas, hay empresas exportadoras que prefieren asegurarse liquidez en pesos antes de correr el riesgo de verse en el brete de tener que financiarse en los próximos días", explicó un operador.
El inusual saldo favorable de las intervenciones oficiales en el mercado está en parte sustentado en el sostenido bloqueo -desde mediados de enero- a los pedidos de compra de divisas de muchos importadores. La entidad aprueba ventas con este destino con cuentagotas y acaba de avisarles oficiosamente a bancos y cámaras empresarias que esta situación -que se había planteado como temporaria- no variará en los próximos meses aun cuando comienzan a ingresar los dólares por una cosecha récord de soja.
"Sólo se habilitarán pagos por importaciones de bienes de capital o de insumos clave para el funcionamiento productivo. Pero las grandes empresas deberán tratar de calzar esos pagos con ingresos de divisas", habría dicho el gerente general del BCRA, Juan Carlos Isi, en esos encuentros, según dijeron a LA NACION fuentes empresarias.
Las prevenciones que en la autoridad monetaria mantienen al respecto están vinculadas con el cargado calendario de pagos que le toca enfrentar al país en los próximos meses, básicamente por mayores importaciones de energía y pagos de servicios de la deuda.
Una prueba del estrecho desfiladero por el que se maneja se tuvo ayer cuando las reservas prácticamente no acusaron recibo de semejante saldo de intervención: subieron de US$ 27.750 millones a 27,759 millones, es decir, aumentaron sólo 9 millones (2,6% de las compras genuinas del día) al usarse buena parte de esos ingresos para pagar créditos del Banco Mundial (US$ 140 millones) y seguir bajando el pasivo generado por importaciones de energía realizadas en 2013.
La contracara de las abultadas compras oficiales de las últimas 48 horas fue la salida a mercado de algo más de $ 4000 millones de pesos.
Parte de esos pesos ya retiró el propio BCRA ayer al lograr renovar títulos de deuda que le vencían por $ 5200 millones y colocar incluso otros nuevos títulos por $ 3425 millones más, pese a haber dispuesto un recorte de 1% en las tasas (las bajó de 29 a 28% nominal anual en promedio para plazos de 3 meses).
Esto confirmó que la continuidad de la política monetaria restrictiva que había llevado adelante el BCRA hasta hace algunas semanas luce compleja, ya que al mayor ingreso neto de divisas "y mayor financiamiento al Tesoro se suma la creciente liquidez del sistema financiero por la aceleración en los depósitos y la fuerte caída de los préstamos", describió la consultora Analytica.
EN ROSARIO, COLA PARA DESCARGAR
SANTA FE.- Unos 10.000 camiones por día, en promedio, comenzaron a arribar esta semana a los puertos y aceiteras del Gran Rosario, con soja y maíz de la actual cosecha. San Lorenzo y La Ribera son puntos receptores de una peregrinación que se inicia en otros puntos del país. Ayer por la tarde, las rutas y los accesos al polo oleaginoso más importante de América latina, que va de Timbúes a Arroyo Seco, estaban saturados por los camiones a la vera de la autopista Santa Fe-Rosario y otros pujando por entrar en las playas portuarias.
Los transportistas se quejan por las horas que se ven obligados a pasar sobre la ruta "con pocos servicios y mucha paciencia". "Nadie hace nada para cambiar esto", denuncian.