Originalmente, Kicillof y De Vido habían hablado de subas de hasta 284%; los ajustes abarcan a unos 8 millones de clientes en casi todo el país.
"Esto no tiene nada que ver con un tarifazo", sostuvo c on su habitual vehemencia la Presidenta en la tarde del 27 de marzo, en un acto en Olivos. Se refería al plan para eliminar subsidios al agua y al gas que los ministros Julio De Vido (Planificación) y Axel Kicillof (Economía) habían dado a conocer esa mañana. Once días después, una batería de documentos redactados en un lenguaje de difícil comprensión incluso para los especialistas en energía parece haber dado por tierra con aquella afirmación de Cristina Kirchner.
Mediante resoluciones de la Secretaría de Energía y del Enargas (el ente regulador del sector), y un decreto que allana el camino para una recomposición de los ingresos de Metrogas, en manos de YPF, el Gobierno puso en marcha la mayor recomposición integral de tarifas de la última década, que incluye ajustes en las facturas por encima de 500%. El anuncio original de los ministros hablaba de alzas de hasta 284%.
Los aumentos alcanzarán a clientes de Gas Natural Fenosa (presta servicio en el Gran Buenos Aires), Distribuidora Gas del Centro (Córdoba, Catamarca y La Rioja), Camuzzi Gas Pampeana (parte de Buenos Aires y La Pampa), Gasnor (Tucumán, Salta, Jujuy y Santiago del Estero) y Distribuidora de Gas Cuyana (Mendoza, San Juan y San Luis).
Fuentes oficiales confirmaron ayer a LA NACION que en los próximos días se publicarán las resoluciones que autorizan los ajustes para el resto de las empresas, entre ellas Metrogas, que atiende a los clientes de la ciudad de Buenos Aires. Al final del camino, en agosto, unos 8 millones de clientes habrán sufrido modificaciones en sus tarifas. Sólo quedarán excluidos los que viven en la Patagonia.
En el contexto del plan de ahorro de gas que promueve el Gobierno, podrán esquivar esos fuertes aumentos los que reduzcan más de 20% su consumo a partir de este mes. Y los que lo bajen entre 5 y 20% tendrán una factura con subas, aunque no tan altas.
Desde hace días, Kicillof y De Vido insisten en que se trata de una reasignación de subsidios que nada tiene que ver con un ajuste tarifario. El anexo de la resolución 2849, sin embargo, los contradice.
Con el título "Tarifas de distribución", muestra los nuevos cuadros tarifarios que Gas Natural Fenosa debe dar a conocer. Muestran, por caso, que un cliente denominado R3-4 (los de mayor consumo), que hasta ahora pagaba $ 0,307 por metro cúbico, deberá pagar desde agosto $ 1,824, 494% más. También le aumentará el denominado cargo fijo (80%, hasta $ 18,15), así como el costo de la factura mínima (38%, hasta 23,57).
Quienes menos consumen también deberán pagar más. El precio del metro cúbico pasará a $ 0,429, un 158% más. Y un usuario intermedio pagará 272% más.
En algunas provincias, el golpe será mayor. En algunas regiones de Córdoba y La Rioja el aumento para los clientes de mayor consumo superará el 650%, según la información que se difundió ayer.
También aumentará el GNC, que utilizan principalmente taxis y remises. El valor mayorista pasará de $ 0,5983 por metro cúbico a $ 0,7324, 23% más. Ese ítem se lleva más del 90% del costo final del insumo para las estaciones de servicio. En la Capital Federal se vende a razón de $ 2,5 por metro cúbico.
Las subas de gas también impactarán en comercios, pero no en las industrias, según informaron De Vido y Kicillof a fines del mes pasado.
Los aumentos se aplicarán de manera escalonada en tres tramos, este mes, en junio y en agosto.
SUBSIDIOS Y TARIFAS
Fuentes oficiales confirmaron que los nuevos precios del gas están directamente relacionados con el programa para reducir subsidios, que el año pasado superaron los $ 130.000 millones y constituyen un lastre cada vez más pesado para las cuentas públicas. Sin embargo, en ninguna parte de los documentos que se dieron a conocer ayer aparece una mención explícita sobre cómo el Gobierno aplicará el recorte.
En el sector privado señalaron que podría hacerlo a través de los nuevos valores que estableció para la producción de gas desde el yacimiento.
Hasta marzo, por ejemplo, el valor del metro cúbico para la producción gasífera de la Cuenca Neuquina destinada a un cliente R3-4 era de $ 0,15. Desde abril pasará a $ 0,49 y llegará en agosto a $ 1,50, con una suba total de 900 por ciento.
Aunque en las empresas aún no terminaban de deducirlo, de esos números se puede inferir que las compañías distribuidoras, que tienen desde hace años ingresos congelados pero costos en aumento (lo que viene deteriorando fuertemente sus resultados), también tendrán un incremento en su tarifa. Según números estimados, en el caso del Gran Buenos Aires el incremento para un cliente R3-4 superaría el 100 por ciento.
La resolución 2843 del Enargas evidencia esa intención por parte del Gobierno. "Se entiende razonable y procedente autorizar nuevos cargos fijos y cargos por m3 a percibir de los usuarios (...) a los efectos de que la distribuidora pueda cubrir durante el período tarifario de transición sus costos operativos y el mantenimiento de la cadena de pagos, incluyendo el pago de gas a los productores y el transporte a las empresas que brindan dicho servicio."
En las empresas, sin embargo, consideraron insuficiente el aumento que se desprende de las resoluciones dadas a conocer ayer.
FUERA DEL LIMBO
La recomposición del precio del gas por cuenca suma a los gobernadores de las provincias petroleras a la discusión. Sucede que los estados productores cobran, en su mayoría, un 12% de regalías sobre el precio de venta del hidrocarburo. Como aumentó ese número, reclamarán un ajuste también en sus ingresos. Así lo reconoció a LA NACION, con pedido de reserva de su nombre, un gobernador la semana pasada.
Por último, la batería de resoluciones que se difundieron ayer en el Boletín Oficial liberaron el camino para que Metrogas, la mayor distribuidora de gas del país, salga del limbo tarifario en el que se encontraba hasta ahora. Sucede que BG, su anterior dueña, le inició un juicio a la Argentina ante el Ciadi, por lo que el Gobierno no quiso avanzar en la renegociación de su contrato. Desde mediados del año pasado, la empresa pasó a manos de la estatizada YPF.