También se sumó la CTA de Micheli; protestaránpor la inflación y la falta de avance en las paritarias
El pragmatismo gremial empujó a Hugo Moyano y a Luis Barrionuevo , grandes referentes del sindicalismo opositor, a unificar sus fuerzas y llamar a un paro nacional "en contra del ajuste" el jueves 10 de abril.
La medida, confirmada ayer por las CGT opositoras, cuenta ya con la adhesión de la CTA de Pablo Micheli, de casi todos los sindicatos del transporte público de pasajeros y de la mayoría de los empleados estatales . Se podrían sumar en los próximos días los docentes, el gremio bancario y los sectores rebeldes de los sindicatos de comercio, metalúrgicos y Luz y Fuerza.
En medio de la atomización sindical, Moyano y Barrionuevo fortalecieron su poder a partir de la alianza con el ferroviario Omar Maturano y el colectivero Roberto Fernández, que todavía integran la CGT oficialista, liderada por Antonio Caló.
El trato que anudaron Moyano, Barrionuevo y sus aliados de la CGT oficialista será decisivo para garantizar el acatamiento de los gremios del transporte público de pasajeros, que adherirían todos salvo los taxistas, quienes responden a Omar Viviani.
El 10 de abril no habrá actos ni movilizaciones. Será un paro general de actividades que servirá de puntapié de un orquestado plan de lucha. La hoja de ruta propuesta por Barrionuevo fue la siguiente: un paro general de 24 horas, otro de 36 con una movilización y, por último y siempre y cuando no existan respuestas desde el Gobierno, un paro más, pero de 48 horas. Ésta idea recién sería debatida después de la huelga convocada ayer.
A diferencia de lo que fue el paro del 20 de noviembre de 2012, cuando el sindicalismo opositor unificó por primera vez su fuerza contra la gestión de Cristina Kirchner , esta vez no habrá cortes de rutas ni de calles que impidan el acceso a las grandes urbes.
"Será un paro, paro. Sin piquetes ni movilizaciones. Si existen los cortes, no tendrán nada que ver con la CGT", aseguró a LA NACION el barrionuevista Carlos Acuña, referente del gremio de los estacioneros y diputado bonaerense del Frente Renovador.
La pertenencia de Acuña y Barrionuevo a la fuerza política de Sergio Massa encendió las críticas desde el kirchnerismo y desde la CGT que está alineada con el Gobierno, que no dudaron en calificar la medida de "paro político". Cuestionaron la medida tanto el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, como el jefe de la Uocra, Gerardo Martínez. Ambos lo vincularon a la cercanía que tienen Moyano y Barrionuevo con el massismo.
El germen del paro del 10 de abril surgió en la cumbre de Mar del Plata, el 20 de enero pasado, cuando Moyano, Barrionuevo y dos gremios de la CGT oficialista [UTA y La Fraternidad] coincidieron en una serie de demandas. Ayer, en una conferencia desde la sede cegetista de Azopardo, escenificada por un puñado de dirigentes de los tres sectores, se reivindicó el rosario de pedidos: lucha contra la inflación y la pérdida del poder adquisitivo del salario; paritarias libres; el rechazo a cualquier cercenamiento del derecho de huelga; la eliminación del Impuesto a las Ganancias; la devolución de las retenciones "injustas" al sistema de obras sociales sindicales; un "urgente" aumento a los jubilados, y abordar las problemáticas del narcotráfico y la inseguridad.
Definida la fecha de la huelga, será ahora más fácil para Moyano y Barrionuevo anudar futuras alianzas. Habrá conversaciones con el gremio de los bancarios, que se alejó el año pasado de la CGT moyanista por el acuerdo electoral que tejió el camionero con Francisco de Narváez. El jefe de La Bancaria, Sergio Palazzo, dijo ayer a la nacion que todavía no se analizó sumarse al paro, aunque no descartó hacerlo.
Pablo y Facundo Moyano, hijos del jefe camionero, ya cerraron filas para contar con el apoyo del bastión disidente de la Unión Ferroviaria que encabeza Rubén "Pollo" Sobrero. También se garantizaron el respaldo de Carlos "El Perro" Santillán, jefe de los municipales jujeños y con influencia en diferentes agrupaciones de la izquierda. Y Micheli, de la CTA, se comprometió a sumar al Frente de Izquierda y al Partido Obrero, que ya habían determinado una jornada de protesta "contra el ajuste" para el 9 y 10 de abril.
CON LA CTA
"Este paro no es contra nadie, sino en defensa propia, para que no nos apliquen una rebaja encubierta de salarios. Hay una injusta distribución de la riqueza", dijo Micheli, que recibirá hoy en la sede de la CTA a Moyano y a otros hombres de la CGT para avanzar en la organización de la huelga.
Barrionuevo, en tanto, aspira a sumar más apoyos en la CGT oficialista. Su plan encuentra algo de sustento al comprobar que al plenario de la semana pasada asistieron los sectores disidente de los gremios de Comercio, UOM y Luz y Fuerza, cuyas cúpulas comulgan con la Casa Rosada. "Las bases van a estar con nosotros", pronosticó Acuña.
En las próximas horas se dará el campanazo para largar con los spots publicitarios del paro. Con la intención de lograr apoyos más allá de la frontera sindical, se incorporaron al eslogan principal consignas contra la inseguridad y la pobreza, reclamos que exceden los netamente salariales, como el reclamo por la inflación, la devaluación del peso y el Impuesto a las Ganancias.