Un día de octubre Ronnie Arias se despertó y no podía hablar. Dos meses antes, había tenido problemas con sus cuerdas vocales.
Un día de octubre Ronnie Arias se despertó y no podía hablar. Dos meses antes, había tenido problemas con sus cuerdas vocales, había pasado por una biopsia y le habían diagnosticado "hiperqueratosis". Pero no hizo el reposo necesario ni los tres meses de silencio que le recomendaron y empeoró. Como conductor de radio y televisión, quedarse "en silencio", le resultaba imposible.
"Gasté la voz", le contó a Personajes.tv. "Me agarró un estresazo". Enseguida, lo revisaron y le dijeron que tenía "las bandas arriba de las cuerdas vocales" y lo mandaron al quirófano. Después de la operación, le recomendaron reposo vocal y lo tuvo que cumplir sí o sí.
"Durante noviembre y diciembre estuve deprimidísimo, yo trabajo con mi voz, ¿qué iba a hacer? Me perdí de conducir todos los eventos de fin de año, fue tremendo", aseguró. Por suerte en La 100, donde conduce de 13 a 17 el programa Saraza, lo bancaron siempre. Ronnie siguió yendo al estudio pero casi no participaba del aire. El Bebe Sanzo, Mariano Peluffo y Fabián Cerfoglio se turnaron para ayudarlo. El mes pasado, los médicos le dijeron que ya tenía las cuerdas vocales en el 60 por ciento de su posición original. Lentamente, Ronnie va recuperando su voz, pero todavía falta.
Mientras, se dedica a hacer vida normal, a entrenar y a mejorarse. "Voy de a poco, ya me siento mucho mejor. Aunque hay noches que me despierto sobresaltado y lloro. Espero estar bien pronto".