Tras el tiroteo en Naschel, Santa Rosa vivió su día más triste. Durante toda la madrugada y parte de la mañana, cientos de vecinos, parientes, policías, bomberos y funcionarios despidieron al comisario Julio Barrios.
"Hasta el último aliento de su vida luchó haciendo honor al juramento que hizo al recibir la insignia de oficial"
La jornada arrancó en el cuartel de bomberos, donde hicieron el velatorio hasta las 11. Luego, en una gran caravana de dolor y respeto, llevaron los restos a la Iglesia para concluir en el cementerio local.
Allí se vivió el momento más duro. Porque nadie encontraba una explicación, y mucho menos consuelo a tal tragedia.
"Se fue un hombre que hasta el último aliento de su vida luchó haciendo honor al juramento que hicimos cuando nos entregaron la insignia de oficial, la cual fue defender la vida de nuestros semejantes hasta perder la propia. Cada vez que se haga una arenga recordando a cualquiera de nuestros héroes, cuando recordemos el nombre de Julio Barrios se va a escuchar en el firmamento, ¡Presente!”, dijo con emoción el comisario mayor, Hernán Soloa, para así despertar un aplauso cerrado entre cientos de vecinos conmocionados por la partida de Julio. (Diario de la República)