Mientras crece el misterio por el avión de Malaysia Airlines que desapareció anteayer a la madrugada con 239 ocupantes, tras despegar de Kuala Lumpur con rumbo a Pekín, crecía ayer la hipótesis de que podría haber explotado en el aire y no se descartaba la posibilidad de un atentado terrorista.

Casi dos días después del último contacto con el Boeing 777-200ER, aún se desconoce la suerte de la aeronave. Según los registros de los radares militares, el avión pudo haber dado la vuelta antes de desaparecer, algo de lo que los pilotos deberían haber informado a los controladores aéreos y no hicieron.

Esto obligó a expandir la zona de búsqueda a la costa occidental de Malasia.

Los equipos de rescate de cinco países continuaban buscando rastros del avión. Al parecer, un avión vietnamita avistó restos que parecen fragmentos de la cola y de una puerta interior del avión. Las piezas se encontraban unos 93 kilómetros al sur de la isla de Tho Chu, en la misma área donde se supone que podría haberse estrellado el avión y donde se avistaron manchas de combustible anteayer.

El hecho de que los investigadores no hayan podido encontrar más restos "parece indicar que la aeronave podría haberse desintegrado cerca de los 35.000 pies" de altura, dijo una fuente citada por la agencia Reuters que participa en las investigaciones en Malasia.

Si el avión cayó al mar intacto desde esa altura, desarmándose en el impacto con el agua, los equipos de búsqueda habrían encontrado varios restos dispersos, dijo la fuente.

Consultado sobre una posible explosión, potencialmente causada por una bomba, la fuente dijo que todavía no había pruebas de ello y que el Boeing pudo presentar problemas técnicos.

Las autoridades malayas aseguran que están investigando todas las posibilidades, incluido un atentado terrorista, porque el avión no emitió ningún aviso de emergencia antes de que se perdiera el contacto con él, una hora después de partir de Kuala Lumpur el sábado pasado a las 12.21 (hora local).

Además, se comprobó que dos pasajeros volaban con pasaportes robados a un austríaco y un italiano.Según la cadena BBC, los hombres que usaron esos pasaportes compraron los pasajes juntos y presuntamente viajarían a Europa desde Pekín, por lo que no tendrían que solicitar una visa china ni pasar por más revisiones de seguridad.

También hay dudas sobre la identidad de otros pasajeros europeos, explicó el ministro de Transporte de Malasia, Hishamuddin Hussein. "Estamos verificando la lista completa de pasajeros", afirmó ante la prensa en Kuala Lumpur.

Por otro lado, cinco de los pasajeros del vuelo no embarcaron y sus equipajes fueron sacados del avión antes de que éste despegase.

La organización policial internacional Interpol criticó a los controles de seguridad malayos por no contrastar con su base de datos de pasaportes robados la lista de pasajeros del avión de Malaysia Airlines .

Estados Unidos, que cuenta con tres ciudadanos a bordo, envió agentes del FBI, que señalaron que por el momento no habían encontrado indicios de terrorismo.

"Movilizamos a nuestros servicios de información y, por supuesto, informamos a las agencias de lucha contra el terrorismo [...] de todos los países concernidos", indicó el ministro de Transporte de Malasia.

En tanto, el director de la aerolínea, Ahmad Jauhari Yahya, admitió ayer que el avión desaparecido se vio envuelto en agosto de 2012 en un accidente en la pista de despegue en Shanghai. El Boeing 777-200 sufrió una colisión con otro avión, lo que causó daños en la punta de una de sus alas. Sin embargo, los daños fueron reparados por Boeing y las autoridades aéreas dieron el visto bueno para que pudiera volver a volar.

A bordo del vuelo MH370 viajaban 12 tripulantes y 227 pasajeros, la mayor parte de ellos (154) de nacionalidad china. En Pekín, las familias de los desaparecidos siguen esperando noticias. La compañía aérea tiene previsto trasladarlas hoy a Kuala Lumpur.

La tragedia del Boeing 777 recuerda al caso del vuelo 447 de Air France que desapareció en el Atlántico el 1° de junio de 2009 mientras cubría la ruta Río de Janeiro-París. El Airbus 330, con 228 personas a bordo, se estrelló y hundió en aguas profundas por una serie de fallos mecánicos y humanos de los pilotos. Llevó casi dos años recuperar la sección principal del fuselaje y las cajas.

Fuente: La Nación