El lobo de Wall Street’, la última obra de Martin Scorsese, se basa en la novela del mismo nombre escrita por Jordan Belfort, el auténtico ’lobo’ de Wall Street.
En la película, Leonardo DiCaprio da vida a este multimillonario corredor de bolsa al que le encantaba la fama, el glamour y la riqueza. Pero ¿quién es realmente Jordan Belfort?
Belfort fue uno de los personajes más extremos que se han podido ver por Wall Street. En 1987 llegó al mundo de las finanzas y en sólo un año consiguió hacerse con el control de Stratton Oakmont, una de las agencias de corredores más importantes del mundo. Esta agencia operaba como ’boiler room’, o lo que es lo mismo, un lugar donde se vendían bonos basura utilizando todo tipo de técnicas injustas, deshonestas y fraudulentas.
Se hizo famoso por montar fiestas descomunales en la misma oficina de la compañía, ser un confeso adicto a las mujeres de compañía y a las drogas. Además, también entró en la historia por comprarse uno de los yates más lujosos del mundo que originalmente iba a ser para Coco Chanel. Después, consiguió que naufragase en la costa de Cerdeña.
Presumia de ganar 50 millones de dólares al año
En sus mejores momentos, cuando era el amo del corral de Wall Street, Belfort presumía de ganar más de 50 millones de dólares al año. Y aunque parezca era verdad. En un sólo día, conseguía embolsarse algo mas de 12 millones de dólares en tres minutos. Ganaba tanto dinero, que la mafia que le colocó observadores para que aprendieran como era posible ganar tanto dinero en tan poco tiempo. Una auténtica locura.
Pero sus llamaron la atención del FBI, esos a los que despachó una vez tirándoles billetes. Su caída fue tan estrepitosa como su ascenso. Fue imputado en 1998 por estafa y blanqueo de dinero. Belfort reconoció los cargos y se mostró dispuesto a colaborar con el FBI. Sólo pasó 22 meses en prisión, pero fue condenado a devolver 100 millones de dólares a los accionistas a los que había estafado. Todavía está pagando parte de la deuda.
Tras esto, Belfort dejó las drogas, pidió perdón y se volcó en la redacción de dos libros donde cuenta su auge, ’El lobo de Wall Street’’ y su caída, ’Atrapando al lobo de Wall Street’. Los beneficios de los libros le han permitido librarse de buena parte de su deuda.
En una entrevista con The Telegraph, Belfort reconoció que era emocionalmente inmaduro, inseguro y tenía una predisposición a buscar la gratificación instantánea: “Quería siempre lo mejor, la suite presidencial, el Ferrari, una casa en la playa, la rubia más despanpanate, el vino más caro, un yate…Quería ser el rico de Wall Street definitivo”.
Belfort vive ahora en un hogar modesto, un piso de tres habitaciones en un área relativamente barata de Los Ángeles, y de los viejos tiempos sólo conserva un reloj Bulgari de 9.000 libras y el cuadro que tenía en el dormitorio de su antiguo yate. “Las personas tienen derecho a redimirse. He cometido algunos errores terribles. Pero un leopardo puede cambiar sus manchas”.