Fito Páez se llevó antorchas de plata y oro, además de las gaviotas, en su cuarta participación en el Festival Internacional de Viña del Mar, que estuvo signada por las más de 10.000 personas que esperaron hasta las 2 de la madrugada para poder escuchar los grandes éxitos del rosarino.




​Uno de los responsables de que Páez haya subido con cierta demora al escenario fue el argentino Jorge Alís, humorista que, siendo muy poco conocido en Chile, presentó una elogiada rutina de stand up, un estilo que muy pocos se han atrevido a presentar en la Quinta.

Pasada la medianoche, Alís comenzó una presentación en la que se dio la licencia de reírse la idiosincrasia chilena, de la argentina, de los uruguayos, colombianos, bolivianos y, más aún, sumó en sus líneas algunas "bromas" dedicadas al presidente Sebastián Piñera: "Me da pena, con tanta plata que tiene y todo, pero es que lo veo con esas manitos tan cortitas".

Uno de los hechos que más llamó la atención en los medios locales es que la presentación del humorista, que para muchos críticos nacionales no sería "la gran cosa", logró un rating promedio de casi 40 puntos.

Domó al monstruo

"Sentí desde un principio que estaba todo bien, traté de hacer la rutina y relajarme. Pero los primeros minutos son difíciles siempre", señaló el humorista que está radicado en el país trasandino hace 17 años al bajar del escenario en declaraciones que publica La Tercera.

Sobre la rutina, Alís explicó: "Tenía que durar ciertos minutos y nos estiramos unos 20 minutos más, casi el doble, pero el texto era el mismo. Duró más que lo que debía durar habiendo dicho lo mismo".

Una alusión al Papa Francisco derivada en la "culpa del chileno" fueron sin duda la transición perfecta para el análisis de una sociedad que Alís comprende bien, la realidad del día a día del chileno, según publicó el mencionado diario.

Alís consiguió domar a un "monstruo" que siempre ha sido duro con los humoristas extranjeros, especialmente con los argentinos. Mirá su actuación completa a continuación y sacá tus propias conclusiones.


Redacción Lavoz.com.ar