Emite pequeñas descargas que, aseguran, aumentan el placer. Lo puede controlar el que lo usa durante el sexo.
Antes que nada la seguridad de las relaciones sexuales: este es el principal objetivo de los preservativos (o profilácticos, o condones, o algún otro nombre más popular pero menos refinado), que se deben utilizar para evitar embarazos no deseados y la transmisión de enfermedades más o menos graves. De todos modos, si bien estamos todos de acuerdo en que el preservativo es útil, somos muchos los que no queremos usarlo porque la imagen que se creó con el paso del tiempo a pesar de todo es la de un objeto poco práctico, que puede eliminar la líbido y reduce el placer.
Para remediar esta imagen tan poco edificante, los investigadores se dedicaron a buscar con el tiempo nuevos y más eficaces preservativos. Fue así como nacieron modelos más sutiles y sensibles, como los de grafeno, por ejemplo. Pero esto no bastó para convencer a los más renuentes de que lo usaran. De Estados Unidos llega ahora la noticia de un nuevo tipo de preservativo eléctrico que aspira con una nueva característica a aumentar aún más su atractivo.
Sí, leyeron bien. Investigadores del Georgia Institute of Technology de Atlanta, en Estados Unidos, inventaron el preservativo eléctrico, capaz –según ellos– de regalar nuevas e intensas sensaciones de placer a quien lo use. La idea llega de la mano del programa Digital Media del Georgia Tech y se presenta como el preservativo revolucionario del siglo XXI, el único capaz de ofrecer un nuevo placer gracias a breves impulsos eléctricos enviados a lo largo de la parte inferior del preservativo.
El mecanismo estudiado por los científicos “aumenta las sensaciones durante el sexo y abre la puerta a la tecnología de otros dispositivos con sensores”, como indicaron Firaz Peer y Andrew Quitmeyer, del GIT de Atlanta, los dos inventores de este preservativo eléctrico.
Este nuevo modelo –explicaron los investigadores– es alimentado a través de un microcontrol programable denominado “Lilypad”, que puede enviar impulsos eléctricos a pequeños electrodos que revisten el interior del preservativo, denominados Electric Eel.
“Este tipo de dispositivo puede ser vinculado con numerosos controladores, manejados por la propia persona o a través de un software ya existente en Internet”, explicó el diseñador.
Nuevos y más intensos placeres por ende con este revolucionario preservativo que según esperan los especialistas, incitará a las personas a usarlos más. Y si alguien siente temor por su propia seguridad, los creadores aseguran que la carga de energía eléctrica aplicada aquí es muy suave e inocua.