Pese a los llamados de otros establecimientos pidiendo su traslado, el zoológico de Copenhague la sacrificó "para evitar la endogamia" y utilizó su carne para alimentar a los demás animales.
Recolección de cientos de miles de firmas en una campaña organizada por varias organizaciones defensoras de animales, además del ofrecimiento de adopción por parte de otros zoo y parques europeos, e incluso ofertas económicas y la posibilidad de reinsertarla en la vida silvestre no fueron suficientes para que el zoológico de Copenhague decidiera sacrificar a Marius, de 18 meses, quien se encontraba en perfecto estado de salud.
El asesinato de Marius tuvo lugar ayer por la mañana en Dinamarca, al momento de la apertura del zoológico, al que asistieron cientos de personas para apreciar el macabro espectáculo. Se le quitó la vida con un disparo en vez de utilizar una inyección letal. Según explicaron, la inyección hubiera contaminado la carne de la jirafa, que luego se utilizó para alimentar a los demás carnívoros.
"Hay que aceptar que hay un excedente de animales que no se pueden incluir en la cadena genética, para no causar problemas de endogamia", aseguró Bengt Holst, director científico del zoológico, al momento de explicar el porqué de su decisión, que incluso fue más allá, y decidió que el acto fuera realizado a la vista de los visitantes del lugar.
El zoo donde vivía Marius participa en un programa de la Asociación Europea de Zoo y Acuarios (EAZA) que dicta rígidas reglas sobre la consanguinidad prohibiendo la reproducción entre "parientes" con el objetivo de mantener sanas las especies en el interior del establecimiento, explicaron las autoridades oficiales, que tampoco hicieron caso al pedido de castración del animal, ya que se informó que podría tener "consecuencias adversas".
"Estoy orgulloso porque creo que le dimos a los niños una enorme enseñanza de la anatomía de una jirafa, que no habrían visto en una foto", dijo Stenbaek Bro, vocero del zoo, en entrevista telefónica con The Associated Press.
Stenbaek Bro añadió que el zoológico rechazó ofertas de otros centros de animales, como un zoo sueco, e incluso medio millón de euros de un particular que quería comprar al animal, alegando que desde sus inicios tienen la política de no permitir la compra y venta de especies.