Isabella Barrett es Little Miss America; hizo su dinero en concursos en belleza, un reality show y tiene su propia firma de joyas y maquillaje.
Tiene seis años, millones de dólares y una línea de de joyas, ropa y maquillaje. ¿Cómo lo logró? A través de los polémicos concursos de bellezas en Estados Unidos, que la acostumbraron a convivir con la fama, con un estilo de vida lujoso y la llevaron a participar de un reality show.
Así es la vida de la jovencísima Isabella Barrett, la Little Miss America que está en boca de todos por estos días. Su carrera comenzó a los cuatro años, en su ciudad, Providence, en Rhode Island, cuando su madre, Susanna, se dio cuenta del futuro prometedor que tenía su hija como reina de la belleza infantil y la inscribió en un concurso. Desde entonces, Bella, como le dicen, no para.
Su presencia en un concurso es casi garantía del éxito. Esto le valió ser convocada para ser la cara de una línea de juguetes de la cadena estadounidense Toys R Us. Pero su fama mundial -incluso tiene clubs de fans alrededor en varios países- la alcanzó con su participación, junto a su madre, en el reality show Toddlers and Tiaras (Niñas y tiaras), que pone al descubierto el detrás de escena de los concursos de belleza de los más pequeños, que siempre despiertan polémica por la exposición de menores de edad.
El año pasado, Bella lanzó su propia firma de joyas, Glitzy Girl, a la que luego añadió una línea de ropa y maquillaje. El negocio cuenta con 42 empleados y acaba de facturar un millón de dólares.
"¿A quién no le gustaría ser millonaria?", dijo la pequeña en una entrevista al diario británico Daily Mail. "Soy una super estrella, tengo mi propia línea de joyas y simplemente me encanta ser la jefa. Nunca perdí nada y casi en cada concurso que entré, gané. Pero lo que más me gusta son los zapatos. Tengo más de 60 pares", expresó.
Susanna Barrett, su madre, incentiva la fama de su hija y se engolosinó a la par de la pequeña Isabella, que ya tiene costumbres de diva.
Por ejemplo, la pequeña realizó un pedido de comida por 2200 dólares para su habitación en uno de los hoteles cinco estrellas donde se suele hospedar cuando viaja para competir. Además, usa vestidos diseñados especialmente para ella -de 10.000 dólares cada uno-, según ostenta su madre.
"Se que parece pomposo, pero para nosotros es simplemente gracioso y parte de su personalidad", dijo Susanna, después de aclarar que su hija nunca come hamburguesa con papas fritas, como la mayoría de los niños, sino que suele buscar lo más caro del menú, como langosta.
Susanna, de 39 años, también le mandó a realizar dientes falsos para la pequeña de sonrisa enternecedora, extensiones de pelo, uñas acrílicas y la somete a sesiones regulares de rayos UVA para mantener su piel siempre bronceada.
"Gastamos más de 50.000 dólares cuando empezó a concursar, pero miren donde está ahora; valió la pena", aseguró la madre, quien ha sido blanco de críticas por "sexualizar" a su hija y ganar dinero con ello. Ella, no obstante, afirma que todo es deseo de su hija. "Si mañana me dijera que lo quiere dejar, estaría bien", dijo Susanna, aunque admitió haberse acostumbrado a los flashes.
"Me pregunté si estaba haciendo esto por ella o por mí, pero me di cuenta de que la niña estaba disfrutando tanto como yo", subrayó y subrayó que no le gustaría que su hija tenga un futuro desafortunado como sucedió con otras niñas famosas, como Britney Spears.