Con casi ocho millones de hectáreas sembradas con tecnología de precisión, la Argentina tiene el segundo lugar entre los países más tecnificados del mundo para la producción de granos.
Con casi ocho millones de hectáreas sembradas con tecnología de precisión, la Argentina tiene el segundo lugar entre los países más tecnificados del mundo para la producción de granos, con altos niveles de eficiencia productiva.
“Mediante el desarrollo electrónico y las herramientas de alta complejidad que se aplican a las máquinas agrícolas, se transforma a la industria argentina en un mercado competitivo frente a los mercados del mundo que demandan máquinas inteligentes”, expresó Mario Bragachini, coordinador del Proyecto Agricultura de Precisión y Máquinas Precisas del INTA.
Este grupo contribuyó a consolidar la Red de Agricultura de Precisión en 1998, que nuclea a distintos actores del sector público y privado para generar y aplicar herramientas que aumenten la productividad y la competitividad de los de agroalimentos. La red cumplió ya 15 años de trabajo conjunto entre productores, fabricantes y técnicos de organizaciones como el INTA, la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma) y la Fundación Cideter.
“A través de la red se dio a conocer la tecnología para poder aprovecharla y hacerla rentable. Eso motivó la demanda y se crearon empresas de servicios de agricultura de precisión, que lograron que cada día aumente el número de productores que las adoptan”, dijo Bragachini. Líder en Latinoamérica, la Argentina posee el segundo puesto a escala mundial en manejo de cultivos e insumos por ambiente con la fabricación y adopción de máquinas inteligentes.
“Contamos con alrededor de 9.000 monitores de rendimiento con GPS que permiten mapear el 60% del área cosechada”, agregó el especialista. Alrededor de esta industria, que otorga mayores capacidades tecnológicas al sector agroalimentario, se generan 85.000 puestos laborales en diferentes etapas del proceso.
“La maquinaria agrícola argentina emplea 45.000 puestos de trabajo directo y 40.000 indirectos, de los cuales el 80% se distribuyen en el interior productivo de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe”, dijo Bragachini, quien señaló el impacto positivo de este sector en el desarrollo de distintas localidades. Las empresas que participan de la red se capacitan permanentemente para llegar al productor con las últimas innovaciones. En ese sentido, Carlos Castellani, presidente de Cafma, sostuvo: “Los fabricantes de maquinaria agrícola debemos estar atentos a las mejoras y la modernización que demandan los agricultores, porque con ellas aumentan su producción, tienen mayores ventas y más prestigio, lo que hace que vuelvan a elegirnos”.
Asimismo, destacó la importancia de ofrecer actualizaciones e innovaciones, ya que “el campo necesita modernizarse continuamente para garantizar su competitividad”. En ese contexto, el acompañamiento del INTA es primordial, ya que “como institución que articula investigación y extensión, abre caminos en el exterior al trasmitir el know how del sistema y permite que los fabricantes de maquinarias y agropartes puedan colocar gran cantidad de productos de fabricación nacional en esos sistemas de gestión de precisión”, aseguró Castellani.