Aparecen algunos de los personajes que aterrorizaron al mundo desde el Hotel Overlook.
"¿Alguna idea de lo que pasó con el chico de El Resplandor?”, cuenta Stephen King que le preguntaban con frecuencia muchos de sus lectores. Y es que la aclamada novela que el maestro norteamericano del terror publicó en 1977, cuando tenía tan solo 28 años sea, quizás, la más famosa de sus obras. Nadie parece haber olvidado a Jack Torrance, aquel alcohólico iracundo que se mudaba con su mujer y su hijo Danny al hotel Overlook. Allí terminaría enloqueciendo y tratando, sin conseguirlo, de asesinarlos. ¿Recuerdan a un Jack Nicholson completamente fuera de sí que perseguía a su esposa con un hacha por los pasillos del hotel? Seguro que sí, porque la adaptación cinematográfica de Stanley Kubrick –a pesar de no contar con la aprobación del escritor, que en su momento señaló que el director no había entendido nada– no hizo más que reafirmar la fama de la novela y consagrarla como un clásico del género.
King, que tiene 56 novelas publicadas de las que se han vendido más de 300 millones de ejemplares en todo el mundo, afirma que en los 36 años que pasaron desde que terminó de escribir El resplandor se preguntó muchas veces qué habría sido de la vida de Danny, y que fue así como decidió escribir la secuela. La tituló Doctor Sueño y se publicó hace unas semanas.
La novela sigue los pasos de un Danny Torrance que tras cumplir los 40 –y siguiendo la estela de su padre– lucha contra sus problemas con el alcohol, del que abusa para mitigar el “resplandor”, ese don que le permite leer las mentes de los demás y que lo lleva de vuelta al momento en que su progenitor trató de terminar con su vida. (¿Recuerdan a aquel chico que recorría con su triciclo los pasillos del lúgubre hotel y que logró sobrevivir a todo gracias a sus poderes psíquicos?).
Danny, que no ha olvidado su terrible infancia, acude ahora a las sesiones de alcohólicos anónimos y trabaja en una residencia de ancianos que están a punto de morir, sin saber que su vida está a punto de dar un giro inesperado. A través de su poder telepático entra en contacto con Abra, una niña de 12 años que vive en un pueblo vecino y cuyo “resplandor” es aún más fuerte que el suyo, motivo por el cual es perseguida por los integrantes de una suerte de culto vampírico formado por nómadas que recorren el país en busca de personas como Danny y Abra, de cuyos poderes se alimentan. Así se va conformando una historia de horror, amistad y renovación personal, que vuelve al pasado para explicar el presente de un personaje por el que todos parecían preguntarse. Una historia aderezada con todos los elementos propios del universo King: vampiros que comen niños, gente con poderes paranormales, tiroteos, rituales satánicos y sesiones de telepatía intensiva.
Al escritor le preocupaba tanto que no hubiera errores en la continuidad de la historia, que no dudó en contratar a un experto en su obra –para ello puso un anuncio en su página web– para oficiar de “fact-checker”, es decir, para que comprobase que todos los datos se correspondían y guardaban coherencia con el inicio de la historia, aquella que escribió en los años 70.
Lejos estaba King de imaginar, cuando hace más de treinta años creó al niño que corría por los pasillos del hotel Overlook tratando de escapar de su violento padre que, 36 años después, Danny seguiría viviendo, sería adulto, repetiría la afición de su padre por la botella y, además, volvería a su cabeza para dictarle el argumento del que sin duda será otro de sus inolvidables best-sellers.