La primera dama de EE.UU. ofreció una gran fiesta en la Casa Blanca, con la actuación de la cantante Beyoncé.
Llegó el día. La fiesta de la que se hablaba desde hace semanas dentro y fuera de Estados Unidos fue tan exitosa como se esperaba. La primera dama, Michelle Obama, cumplió 50 años y celebró bailando hasta la madrugada, en una Casa Blanca repleta de invitados entre los que se destacaron celebridades como Beyoncé, Stevie Wonder o John Legend, además de estrellas del deporte y otras caras conocidas.
Con vestido rojo, Michelle se lució en la pista de baile junto a su marido, el presidente Barack Obama, quien no ocultó sus dotes de bailarín ante cerca de 300 invitados, según trascendió.
Aunque de la Casa Blanca no salió ninguna información oficial sobre la exclusiva celebración, y los invitados habían sido conminados a mantener su asistencia en secreto y no hacer públicas en Internet fotos o comentarios, fue inevitable: algunos detalles se filtraron ayer a la prensa. Entre ellos, el amoroso discurso que el presidente hizo sobre su esposa, y que pareció echar por tierra los rumores de distanciamiento y de posible divorcio que habían surgido en las últimas semanas en los sitios de chimentos.
Entre los invitados, cuya lista se ha mantenido “top secret”, se encontraban el actor Samuel L. Jackson, el cantante Smokey Robinson y la estrella de basket Magic Johnson, todos ellos fuertes partidarios de la pareja presidencial.
Además, como se había anunciado, Beyoncé, que mantiene muy buena relación con los Obama, cantó durante casi tres cuartos de hora algunos de los temas preferidos de Michelle. Entre música y baile, la fiesta se prolongó hasta altas horas de la madrugada, según contaron invitados.
“Asombroso. Una fiesta increíble”, destacó ayer la analista política Donna Brazile a la cadena CNN. “Había amigos de la infancia. Gente del gobierno”, agregó.
Allí estuvieron también las hijas de los Obama, Sasha y Malia, de 15 y 12 años, con algunos amigos.
El momento más conmovedor fue cuando el presidente hizo un “maravilloso discurso sobre Michelle”, explicó Smokey Robinson al salir de la Casa Blanca. “Habló de su amor por ella y por sus hijas”, agregó Taylor.
El sábado, el mandatario había felicitado a su esposa en Twitter, dándole las gracias “por todo lo que haces”. Y adjuntó una foto en la que aparecen abrazados en la Casa Blanca. Además prometió a Michelle que este fin de semana –que es largo, ya que hoy es feriado en EE.UU.– se lo dedicaría a ella.
Pero el gran misterio sigue siendo qué regalo le hizo el presidente a la primera dama para esta fecha clave. “Lo que le regalaré no lo sabe ni siquiera la Agencia de Seguridad Nacional”, bromeó Obama hace unos días.
La fiesta estaba pensada para poner a todos a bailar: la propia Michelle había recomendado a sus invitados que fueran con “zapatos cómodos” para una velada de “snacks, sips, dancing & dessert” (aperitivos, traguitos, baile y postres). Las invitaciones, que desconcertaron a los responsables del protocolo oficial, también pedían que comieran antes de ir.
La primera dama llega a sus 50 años en buena forma y “relajada”, según los que la conocen, y con un 65% de popularidad.
Desde que llegó a la Casa Blanca, en 2009, Michelle ha mantenido el papel destinado tradicionalmente a las primeras damas, centrado en temas como educación, salud o pobreza, con un aire más fresco y desenfadado que sus antecesoras.
En una entrevista a la revista People, días atrás, Michelle confesó que en este momento “el cielo es el límite” y por eso seguirá buscando maneras de “tener impacto”, como madre y como profesional, cuando deje la Casa Blanca dentro de tres años. (Clarín)