Hasta anoche, se habían suspendido cerca de 500 servicios. Esta medida afectó a casi 20 mil pasajeros en el día de ayer.
“Paro de UTA”. “Atención solamente a conductores”. “Pasajes ya adquiridos tendrán reprogramación una vez levantada la medida”. Lejos del movimiento y bullicio habituales, la terminal de micros de Retiro estuvo ayer casi vacía. Se debió a una medida de fuerza gremial que afectó unas 500 salidas de larga distancia y que continuará “por tiempo indeterminado”. El reclamo de la Unión Tranviarios Automotor (UTA)es por el fracaso de las paritarias que arrancaron en enero. Además, el sindicato que nuclea a 22 mil choferes de ómnibus alerta sobre la posibilidad de despidos y la precarización de su tarea. Ayer no llegaron a un acuerdo en el Ministerio de Trabajo y ratificaron la huelga.
Calculan que casi 20 mil personas no pudieron viajar ayer. Ricardo, quien vive en Mar del Plata y trabaja como pintor de obra, fue uno de ellos. Al menos una vez por mes viaja a la Ciudad. “Como siempre, vine directamente a sacar un boleto para volver a casa. Pero esta vez no sé cuando voy a llegar. Sabía de la huelga, pero tenía esperanzas de que se levantara la medida. Sin tren hasta mañana (por hoy) tengo que esperar.
Quizás pase la noche acá ”, contó.
La historia de María Ferlluto fue diferente: llamó a la empresa y le dijeron que como su pasaje era para las 13 no iba a tener inconvenientes en llegar a destino. “Me subí en Liniers y cuando llegamos a Retiro nos dijeron que como ya eran las 14, los choferes se adherían.
Nos bajaron a todos. Insólito ”, se quejó la pasajera.
Las boleterías estuvieron cerradas y pocas contaban con personal de atención en las ventanillas. En Andesmar habilitaron una línea de teléfono para realizar consultas, pero aunque Clarín insistió no logró que alguien atendiese. “No se devuelve la plata y los pasajes pueden reprogramarse cuando se levante la medida”, explicó una vendedora. Este panorama le “facilitó” el trabajo a los remiseros. Por los pasillos de la terminal algunos ofrecían un pool de viaje. “Si juntamos cuatro, en media hora salimos para Rosario, a $ 300 por pasajero”, develó uno, en voz baja. Sólo le falta una persona para completar el auto.
Como el paro fue de alcance nacional, la medida paralizó a las principales terminales de larga distancia del país. En Mar del Plata y Santa Fe, por ejemplo, el acatamiento fue alto. En otros casos, como Córdoba, sólo operaron las empresas que están afiliadas a otros sindicatos.
La UTA –enrolada en la CGT afín al gobierno nacional– busca que le den el 23% de aumento retroactivo a enero y que en el acuerdo se incluya una cláusula que les permita discutir nuevas subas si la inflación supera ese porcentaje. “Los empresarios dicen que no pueden darnos el aumento. Entonces hoy (por ayer) le pedimos a Ministerio de Trabajo que verifique si es así como dicen. Si la patronal no afloja, nosotros no vamos a levantar la medida de fuerza”, aseguró Roberto Fernández, secretario general de la UTA. Anoche, el Ministerio de Trabajo emitió un comunicado en el que responsabilizó del fracaso de la negociación a la “intransigencia” de ambas partes.
La amenaza de despidos y la precarización del trabajo de los conductores son los otros motivos del paro. La UTA dice que las empresas pretenden implementar la “monoconducción”. De esta manera se disolverían las “parejas” de choferes y no habría relevo.