Un baño de socialismo caribeño, una peregrinación al sitio donde murió el Che o un viaje histórico a la patria de Rafael Correa, son algunas de las opciones "comprometidas" que se ofrecen.
Una agencia de "eventos" promociona a través de avisos en los diarios un tour para conocer la Revolución Ciudadana que está teniendo lugar en Ecuador. Incluye excursiones y conferencias exclusivas sobre el tema mientras se visita Quito, Riobamba, Cuenca, Guayaquil y Montañita. Por 9 noches y 10 días, una pareja deberá abonar 27.615 pesos (cada uno, claro). El turista revolucionario que viaje solo, deberá pagar un poco más: 31.000 pesos y monedas.
"La oportunidad de conocer por dentro la Revolución Ciudadana en Ecuador, luego del triunfo electoral del presidente Rafael Correa", es la descripción que la agencia hace del viaje. En el programa: visita a sitios históricos, charlas con personalidades y funcionarios del actual gobierno, intercambio "con sus pobladores, beber de tradiciones autóctonas", etcétera.
Sería interesante saber si en la agenda habrá alguna referencia a la postura pro-vida y antiabortista del presidente Rafael Correa, enfáticamente expresada por el líder de la Revolución Ciudadana, y llamativamente silenciada por la prensa progresista latinoamericana. No le faltó coraje al mandatario ecuatoriano para desafiar un eje central de la agenda "revolucionaria" de una izquierda obsesionada en promover el aborto, como "derecho humano".
Ni hablar de la diatriba de Correa contra las teorías de género -otro credo progresista- y su defensa de la familia tradicional, en línea con el Santo Padre. Otra declaración del presidente ecuatoriano censurada por los medios de izquierda y por el "lobby gay".
Por otra parte, el "turismo" revolucionario es un fenómeno viejo que ahora simplemente se ha quitado la careta. Si siempre existieron los aspirantes a darse un baño de socialismo –real o no tanto- y volver luego al terruño capitalista, antes tenía –en algunos casos- el carácter de viaje iniciático de una militancia o de "curso de formación de cuadros". Hoy en cambio el internacionalismo turístico se practica sin complejos. Las consignas Socialismo o muerte, Venceremos, etcétera, se han transmutado en eslóganes publicitarios: Revolucionando el turismo. Las consignas Socialismo o muerte, Venceremos, etcétera, se han transmutado en eslóganes publicitarios: Revolucionando el turismo.
Si en el pasado existía algún riesgo –como mínimo, un sello de migraciones cubano y hasta soviético- era una mancha indeleble en el pasaporte y también en el prontuario, hoy sólo queda, en algunos casos, la mímica de cierta clandestinidad. Piénsese en los que van a México, a la Selva Lacandona, a ver al Comandante Marcos, siguiendo instrucciones del tipo: toque 3 veces a la tercera puerta (no es cuento). Es fácil imaginar a los zapatistas conteniendo la risa mientras vendan los ojos del turista para "marearlo" y llevarlo a ver a quien nadie persigue...
En fin, para celebrar el Año Nuevo en Cuba y, de paso, otro aniversario de la Revolución castrista, ya es tarde, pero hay otras propuestas: por caso, saliendo el 28 de abril próximo se está a tiempo de participar de la marcha del 1º de Mayo de los trabajadores cubanos –que no gozan de derecho de huelga, pero qué más da.
También están agotadas las plazas para la peregrinación al sitio donde cayó Ernesto Che Guevara, cercado tras su absurdo intento de abrir un foco guerrillero en Bolivia –y abandonado y traicionado por Fidel Castro y por el Partido Comunista boliviano... episodios que lógicamente no son parte del tour.
La empresa que promueve estos viajes al corazón del antiimperialismo –Carimar Eventos- también facilita giras periodísticas como las de Víctor Hugo Morales quien, con todo su equipo de producción de radio y TV, ya ha hecho uso al menos tres veces de los servicios de esta particular agencia.