Tras la polémica, la Presidenta mantuvo una serie de reuniones con sus ministros; Capitanich admitió que el titular de Economía es el portador de la palabra oficial.
Ni una palabra más. El jefe de Gabinete,Jorge Capitanich, se ciñó ayer a las declaraciones que había hecho el día anterior el ministro de Economía, Axel Kicillof, y aplacó así las desinteligencias internas dentro del gabinete nacional por el avance del impuestazo inmobiliario que había anunciadoRicardo Echegaray.
"No tengo ningún comentario para formular, lo que ha manifestado el ministro Axel Kicillof es la palabra de la presidenta de la Nación, por lo tanto eso es lo que efectivamente se hará", cerró el tema el ministro coordinador durante su conferencia de ayer a la mañana. A tal punto quedaron todos desautorizados que Capitanich sólo se limitó a citar al titular del Palacio de Hacienda, pero no ahondó en las explicaciones sobre las idas y venidas del Gobierno respecto del proyecto para que el cálculo del pago de Bienes Personales deje de hacerse al valor fiscal y se haga por el valor de mercado.
El silencio de todo el gabinete dejó a Kicillof fortalecido. A menos de dos meses de su llegada al cargo, logró imponer su postura y la presidenta Cristina Kirchner lo bendijo dejándolo como único vocero de las medidas económicas que tome la Casa Rosada. Marcó límites tanto a Echegaray como a Capitanich.
La vuelta de la jefa del Estado a su despacho, anteayer, buscó reordenar nuevamente el discurso en medio de la tensión que se había generado entre sus funcionarios.
Sucede que Capitanich el lunes negó que se analizara una modificación y al otro día se desdijo y anunció que el tema se trataría en las sesiones ordinarias del Congreso a partir de febrero. Lo había hablado con Echegaray, el autor de la medida. Pero no con Cristina. Horas después, Kicillof desmintió las modificaciones y anunció que tal decisión la habían tomado la Presidenta y él.Cristina reunió anteayer al ministro de Economía y al jefe de Gabinete para coordinar el discurso y ordenó que fuera sólo Kicillof quien hablara del tema. Por eso, ayer Capitanich evitó dar explicaciones y sólo se concentró en respetar las palabras del nuevo jefe de la cartera económica.
"No tengo más comentarios que hacer, los comentarios que ha realizado el ministro Axel Kicillof por instrucción de la presidenta de la Nación son definitivos", insistió.
Se quejó, de todas maneras, de los medios, a quienes les adjudicó "interpretaciones capciosas" sobre sus palabras y hasta propuso analizar en un "nivel de análisis sintáctico, morfológico, semántico de cada oración" que pronuncia para evitar malas interpretaciones.
Lo cierto es que el anuncio con el envío del proyecto de ley al Congreso para modificar el impuesto fue el título principal de la página oficial de información de Presidencia. Y lo había dicho el jefe de la AFIP el lunes durante una conferencia. "Capitanich quedó en el medio de una disputa que no era de él", analizó un funcionario con despacho en la Casa Rosada. En el medio Echegaray se mantuvo ayer en funciones sin hacer declaraciones. Desautorizado por Kicillof y Cristina, su permanencia quedó en suspenso, aunque desde su entorno insisten en que no dejará su cargo.
"Con la aparición de la Presidenta se ordenó todo nuevamente. Esto fue una jugada de Echegaray", reflexionaba ayer un funcionario sobre el paso en falso del jefe de la AFIP. Argumentaron que él se jugó una carta para aumentar la recaudación, algo que le había exigido Cristina, aunque sin la autorización final de la Presidenta.
Ayer, la jefa del Estado volvió a evitar mostrarse en público. Sólo mantuvo una acotada agenda de reuniones en la quinta de Olivos, con carácter reservado, después de haber cancelado su participación en un acto que había sido ideado para que lo encabezara en la Casa Rosada, pero que finalmente canceló y la reemplazó Capitanich (ver aparte).
Estuvo por la mañana con el presidente de YPF, Miguel Galuccio; con el titular de la Anses, Diego Bossio, y volvió a reunirse con Kicillof. Por la tarde, el ministro de Economía pasó por el despacho del secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y ratificó su decisión de mantener sin cambios la valuación de los inmuebles. Tampoco quiso agrandar la polémica con Echegaray y sostuvo que era parte de un análisis sin aprobación de la jefa del Estado.
A pesar del regreso de Cristina a Buenos Aires tras dos semanas de descanso en Santa Cruz, la actividad pública de la Presidenta es nula. Al menos hasta ayer no había agendado ningún acto de reaparición. Tampoco conocía la agenda Capitanich. "La presidenta de la Nación comunicará su agenda en el día de hoy por la mañana, por lo tanto se hará pública y en consecuencia veremos su actividad. Ella va a determinar la agenda y va a comunicar", respondió cuando lo consultaron por Cristina.
EL ACTO EN EL QUE IBA A REGRESAR LA PRESIDENTA
Se había pensado que era la ocasión propicia para que la presidenta Cristina Kirchner volviera a mostrarse en público después de un largo receso. Pero la polémica por la suba del impuesto a los bienes personales motivó un cambio de planes. En consecuencia, el acto fue presidido por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien estuvo acompañado por los ministros de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y de Educación, Alberto Sileoni. También estuvo la titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto. El motivo de la convocatoria (que no se hizo en la Casa Rosada como se había previsto, sino en el Ministerio de Desarrollo Social) fue reconocer la actividad de instituciones que trabajan con niños y adolescentes.