Martín Lousteau llegó aPunta del Este ayer en un viaje relámpago. Nada de descanso: vino a presentar su último libro, Otra vuelta a la Economía, que escribió junto a Sebastián Campanario en el marco del ciclo de charlas literarias que ofrece el Hotel Conrad.
Por supuesto que no pudo, aunque lo intentó, evadirse de las noticias políticas del día: el regreso de la Presidenta tras dos semanas de descanso y la interna en el gabinete que se puso de manifiesto luego de que Ricardo Echegaray anticipara un proyecto para modificar el impuesto a los bienes personales que luego fue desmentido por el ministro de Economía, Axel Kicillof. En diálogo con LA NACION, cuestionó con dureza lo que define como un "mecanismo de toma de decisiones caótico" por parte del Gobierno nacional y habló de un "Estado devastado" producto de las diferentes posturas dentro del gobierno.
"No se sabe qué es lo que quieren hacer con el sistema impositivo. Lo que sí sabemos es que es un gobierno que está cada vez más voraz fiscalmente. Esto está pasando a nivel país, provincias y municipios", lanzó el ex ministro de Economía y actual diputado nacional. "Estamos haciendo que producir en la Argentina sea cada vez más difícil", agregó.
-¿Cree que debería modificarse el impuesto a los bienes personales?
-Yo creo que el sistema impositivo debe tener una revisión integral y probablemente haya que cambiar el impuesto a los bienes personales pero no porque estemos en una emergencia, sino porque se malgasta el dinero. En tamaño, este es el Estado más grande de la historia. El gobierno nacional comparado con el 2003 solo tiene 400 mil millones de pesos más - ajustados por la inflación, es decir en términos reales-, son 40 mil pesos más que en el 2003 por familia, que deberían estar en salud, en infraestructura, en energía, en educación y no están. A medida que continúa el malgasto siguen hurgando en los bolsillos.
-¿Considera que debería actualizarse la base del impuesto en función de la inflación?
El proceso de toma de decisiones del kirchnerismo conduce a una mala gestión
-Yo creo que casi todo debería actualizarse en función de la inflación. Tiene que ajustarse el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias automáticamente, el mínimo no imponible del impuesto a los bienes personales, y además lo que son jubilaciones, salarios... y de hecho lo hemos visto con la falta de ajuste en las fuerzas de seguridad también. Hay que buscar algún mecanismo por el cual se compense la inflación. Tenemos una economía que tiene una patología muy importante. Hay que eliminar la patología paulatinamente pero también estos mecanismos que están incorporados porque sino cada vez pagamos más impuestos y cada vez más gente entra en la categoría de lo que es imponible.
-¿Qué lectura hace de las internas que se pusieron de manifiesto ayer cuando Kicillof desmintió a Echegaray?
-Yo siempre dije que el proceso de toma de decisiones del kirchnerismo conduce a una mala gestión. Porque en lugar de tener especialistas por áreas, el kirchnerismo lo que hace es implementar un sistema radial. Nombra un ministro pero debajo le pone un secretario que piensa distinto y que reporta directo a la Presidenta. Cuando el Gobierno perdió la elección del 2013, más la enfermedad de la Presidenta, lo que uno esperaba era un mejor sistema de delegación. Unificó el ministerio de Economía pero después decidió entregarle al PJ la jefatura del gabinete y, por decirlo de alguna manera, a La Cámpora, Economía. Y hoy lo que tenés es el producto de esta división. Ella tenía que delegar, pero lo que hizo es repartir. En este reparto las internas continúan y, con la ausencia de ella, esas internas se zanjan de una manera más desprolija o no se zanjan. Un presidente no tiene que saber todo de cada una de las áreas, sino delegar en gente capaz. El mecanismo en el cual la Presidenta nombra un responsable en la Afip y después cualquiera que tenga acceso a ella y tenga cinco minutos para convencerla de otra cosa, es un mecanismo conducente al desarreglo en el proceso de toma de decisiones.
Ante la ausencia de la Presidenta, las internas se zanjan de una manera más desprolija o no se zanjan
-¿Cómo piensa hacer frente a esta coyuntura desde el Congreso?
- En esto tenemos que ser claros y no mentirle a la gente. En el Congreso el oficialismo tiene mayoría. ¿Qué cosas puede uno hacer? Actuar en distintas áreas para forzar a que la opinión pública se involucre en algunos temas y el Gobierno tenga que tomar decisiones. Ocurrió con el mínimo no imponible durante las elecciones, todos dijimos que estaba desactualizado, la gente votó en las PASO y el Gobierno lo actualizó. Mal, pero lo hizo. Por otro lado, hay que transparentar cifras, comunicar lo más llanamente posible, hacer que la gente tenga más vocación por participar en los debates.
- ¿Cómo encarás tu gestión como diputado para este 2014? ¿Cuáles son las prioridades?
- Tenemos que empezar a relevar esas cuestiones que son importantes para ponernos de acuerdo los que no estamos de acuerdo con el gobierno. Recuperar un Estado que no esté cooptado por la facción de un partido ni por intereses económicos, ni por intereses foráneos ni por mafias. Que sea transparente, que tenga un objetivo claro y lo vaya mostrando, qué quiere hacer y cómo lo está haciendo. Es algo que perdimos en todas las áreas. Entre aquellos que pensamos parecido, trabajar estos temas.
-¿Cómo definirías este verano a nivel político?
- Es un verano de incertidumbre y desorientación. Pasan dos cosas, tenés nuevos funcionarios públicos que se encuentran con el entorno kirchnerista y todavía tienen que entender cómo funciona. Al mismo tiempo, te explotan problemas de gestión acumulados: las fuerzas de seguridad, la energía. Entonces, tenés funcionarios nuevos con estos desafíos, con un sistema de toma de decisiones que es caótico y con una Presidenta que no está. Lo que provoca es incertidumbre que se ve en la sociedad, una suerte de desamparo ante los problemas.
- ¿Los problemas tienen que ver con la ausencia de la Presidenta?
Van a buscar cada uno por su lado la oreja de la Presidenta...eso es caótico
- Yo creo que estos problemas tienen que ver con la devastación del Estado. La Argentina estaba mejor que sus vecinos cuando tenía un Estado mejor que el de sus vecinos y lo hemos perdido. Esto es una degradación de algo que ya venía en curso. Lo preocupante es que la degradación continúa cuando tenés un montón de recursos, porque es el Estado con más cantidad de recursos de la historia. ¿Qué es lo que le agrega la ausencia de la Presidenta a esto? La Presidenta se transformó por su método de decisiones y por su preponderancia en el plano comunicacional en la actriz principal del Gobierno. Ella hizo abuso de eso. De gobernar casi en soledad. Y ante la ausencia de ella se nota mucho porque no hay una reacción sobre los problemas. No hay acción política por sobre lo que pasa. Y esa orfandad se nota mucho.
- ¿Qué opinión tenés de los últimos cambios en el gabinete?
- Creo que la Presidenta se vio obligada a delegar, por las elecciones y su enfermedad, pero no decidió en quién delegar. Puso un jefe de Gabinete con volumen político y por otro lado concentró en una persona casi todas las áreas de Economía. Pero tienen visiones distintas, van a buscar cada uno por su lado la oreja de la Presidenta...eso es caótico.