En la AFIP predominó el silencio tras dos días seguidos en los que Echegaray habló: el viernes, sobre la recaudación y sobre su polémico viaje a Brasil, y anteayer, sobre dos resoluciones generales -una para aplicar un pago a cuenta de Ganancias a los exportadores y otra para determinar qué países son considerados paraísos fiscales-.

Apenas hubo un comentario en voz baja muy cerca de su despacho: "Veníamos acercando propuestas a otras áreas de Gobierno hace un año sobre la cuestión del paquete antievasión en general y del cambio en Bienes Personales en particular".

De este modo desmintieron, en forma tajante, que, como indicó Economía, Echegaray se haya "mandado solo" al anunciar un cambio en Bienes Personales tanto el viernes como anteayer, en sendas conferencias de prensa.

Sobre la decisión que tomará, las fuentes se limitaron a decir: "Estuvo en temas de gestión y se fue a la casa". No quisieron hacer comentarios sobre la clara intención del ministro y del jefe de Gabinete de quedarse con el control de la AFIP, luego de haber logrado que renunciara como jefa de la Aduana Syomara Ayerán, incondicional de Echegaray.

Sobre la posibilidad de que las palabras de Kicillof, ordenadas por Cristina Kirchner, fueran en represalia por la gran polémica que generaron sus vacaciones en Brasil, indicaron: "Como jefe de la AFIP Ricardo nunca recibió un insulto en público, pese a que todo el tiempo está en lugares donde podría recibirlos".

La última agresión, recordaron, fue en la crisis del campo de 2008, por la resolución 125 -que disponía la creación de las retenciones móviles-, cuando el funcionario se desempeñaba como jefe de la Oficina Nacional de Control de Comercio Agropecuario (Oncca).

Así, indicaron en la AFIP, en este reciente viaje a Río de Janeiro, "nadie lo encaró, a diferencia de lo que ocurrió con Kicillof el año pasado, cuando fue increpado en Buquebus" por un grupo de pasajeros enojados por el cepo cambiario, cuando viajaba a Uruguay de vacaciones.

En este sentido, en Economía subrayaron que el viaje a Brasil del jefe de la AFIP "fue un error que no tenía que haber cometido" en un momento de malhumor social. Y subrayaron que este año el ministro fue muy cuidadoso al viajar apenas unos días al valle de Calamuchita para pasar fin de año. En realidad, el ministro había pensado viajar a Bariloche, pero sus asesores le advirtieron que allí llamaría demasiado la atención, mientras los cortes de luz estaban en su peor momento.

LA TERCERA, ¿LA VENCIDA?

El enfrentamiento de Echegaray dentro del Gobierno es el tercero consecutivo que afronta el funcionario encargado de la recaudación, que gozaba de un importante espacio de poder cuando no había un ministro de Economía fuerte.

El primero fue cuando le aconsejó a la presidenta Cristina Kirchner que no prorrogara el blanqueo de capitales, planteado inicialmente para el período julio-septiembre, por el fracaso que había registrado. Seguro de su postura, la expresó ante el periodismo y luego quedó desacomodado porque el blanqueo aún sigue vigente, aunque nunca repuntó.

El segundo round fue cuando consideró ilógico subir el recargo al turismo en el exterior del 20 al 35 por ciento, al considerar que la gente seguiría viajando. Tampoco fue escuchado, pero la continua salida de argentinos a otros países pareció confirmar su opinión.

Ahora se cruzó por la cuestión de Bienes Personales y habrá que ver si resiste la embestida o cede al deseo de Kicillof y de Capitanich para quedarse con el organismo más poderoso del Estado nacional.