Antes del amanecer del primer día del nuevo año, Vladimir Putin aterrizó en Volgogrado, en una visita sorpresa a la ciudad que se recupera de los dos atentados terroristas ocurridos esta semana. Anteanoche, en su mensaje de Año Nuevo, el presidente ruso prometió la "completa eliminación" de los responsables de los ataques.

"Los crímenes abominables cometidos aquí en Volgogrado no precisan comentarios adicionales", dijo el jefe del Kremlin, en una reunión con autoridades de la ciudad y miembros del gobierno federal.

"Da igual cómo justifiquen sus acciones los criminales, no hay justificación para los crímenes cometidos contra civiles, especialmente contra las mujeres y los chicos", agregó.

El domingo pasado, un atentado en una estación de tren de Volgogrado mató a 18 personas, y al día siguiente otro ataque contra un trolebús causó la muerte de 16 personas. Los dos atentados, que dejaron además decenas de heridos, fueron llevados a cabo por kamikazes y, aunque aún no fueron reivindicados, los indicios apuntan a la insurgencia islamista del Cáucaso.

Además de reunirse con las autoridades, con quienes discutió planes de lucha contra el terrorismo para los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi (a 700 kilómetros de Volgogrado), que comenzarán en poco más de un mes, Putin se vistió con una bata blanca de médico y visitó a las decenas de víctimas que aún permanecen internadas en el hospital.

"Apoyaremos a todos los afectados, haremos todo lo planeado, restauraremos y reconstruiremos lo que haya que restaurar y reconstruir", señaló el presidente.

También se trasladó al área donde un suicida hizo estallar el trolebús. Allí depositó una ofrenda de rosas rojas sobre una pila de velas, flores, globos y otros objetos conmemorativos colocados en el lugar, y dialogó por varios minutos con las personas que mantenían vigilia.

En el mensaje televisado de Año Nuevo, que transmitió desde la lejana localidad de Jabarovsk, el presidente prometió continuar "la lucha contra los terroristas de manera segura, despiadada y consecuente hasta su completa eliminación".

"Durante el año que pasó, nos vimos confrontados a problemas y serios desafíos, en particular a actos terroristas inhumanos en Volgogrado y a catástrofes sin precedente en el extremo oriente", dijo Putin.

SEGURIDAD NACIONAL

A partir de los atentados, por primera vez en varios años Putin ordenó reforzar la seguridad en todo el territorio nacional. Las principales ciudades del país amanecieron ayer con miles de efectivos policiales desplegados en sus calles y, en particular, en estaciones, aeropuertos y el subterráneo.

El Ministerio del Interior movilizó a más de 5200 soldados y policías en Volgogrado, en lo que denominó Operación Torbellino Antiterrorista. Por lo menos 87 personas fueron detenidas después de resistir el control policial o por no haber presentado identificaciones apropiadas, señaló Andrei Pilipchuk, vocero del ministerio.

Las autoridades de la ciudad cancelaron los festejos por Año Nuevo y cerraron los cines hasta hoy. "Parece que hubiera comenzado la guerra", comentó un estudiante en Volgogrado al ver policías con chalecos antibalas que vigilaban las calles.

Aunque nadie se atribuyó la responsabilidad, los ataques subrayaron la vulnerabilidad de Rusia frente a la insurgencia más de una década después de que expulsó a los separatistas del poder en la provincia de Chechenia, en el Cáucaso Norte, en el primer período de Putin en el poder.

Los insurgentes dicen que luchan por un Estado islámico en el sur de Rusia, que incluye la sede de los Juegos, Sochi. En un video que se difundió en Internet en julio pasado, el líder checheno pidió el "máximo esfuerzo" para impedir que Rusia celebre los Juegos de Sochi.

Fuente: lanación.com