Se trata del ecologista Ezequiel Marzinelli; en caso de que mejoren las condiciones climáticas, enviarán un helicóptero para evacuar la embarcación
El ecologista argentino Ezequiel Marzinelli integra la tripulación del barco ruso Akademik Shokalskiy que se encuentra varado desde hace una semana en los hielos de la Antártida. Tras varios intentos fallidos de rescate, la Cancillería rusa aguarda que las condiciones climáticas mejoren para enviar un helicóptero y evacuar a las 74 personas que están a bordo de la embarcación.
El plan previsto es que el helicóptero evacúe en grupos de doce a los ocupantes del navío, que recalarán primero en el rompehielos chino Xue Long (Dragón de hielo)y luego serán transportados al Aurora Australis.
El Akadémik Shokálskiy se encuentra preso en el hielo a unos 2.778 kilómetros al sur de la ciudad australiana de Hobart y cerca de la base francesa Dumont d`Urville, situada en el sureste de la Antártida, desde la Nochebuena.
El líder de la expedición, Chris Turney, señaló a los medios australianos que mantienen la moral, dadas las circunstancias. Los tripulantes disponen de alimentos frescos y deshidratados para cuatro semanas y, según el portavoz de la expedición, Alvin Stone, celebrarán bien estas fiestas.
UN ARGENTINO, PARTE DE LA TRIPULACIÓN
El argentino Marzinelli examina en la Antártida la interacción entre los microorganismos y macroorganismos de las comunidades marinas, así como el impacto del cambio climático y otras perturbaciones humanas en estas dinámicas, según la página de la expedición "El espíritu Mawson".
La tarea del buque ruso es rememorar la expedición que efectuó hace un siglo el explorador Douglas Mawson en la Antártida y que ofreció el primer estudio completo del continente helado.
La chilena Alicia Guerrero y la chileno-australiana Naysa Balcázar Cabrera son las otras latinoamericanas que forman parte del equipo científico, cuyas investigaciones servirán como base de comparación de la actual misión, organizada y dirigida por Chris Turney, experto en cambio climático de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia.
Los científicos, especialmente Turney, utilizan las redes sociales y la tecnología para enviar mensajes y colgar fotografías y videos de esta aventura, que también ha sido criticada en los mismos medios por el costo del rescate.