Los catalanes perdieron por 3 a 0 ante los alemanes, en la vuelta de la semifinal, con el rosarino preservado por el entrenador
Un gol de Robben en el minuto 3 de la segunda parte arrebató todas las esperanzas que la hinchada “culé” había depositado en su equipo, que hizo una buena primera etapa pese a no conseguir los goles necesarios para abrirse camino en la difícil eliminatoria.
Si bien a partir del gol de Bayern la eliminatoria quedó sentenciada, la debacle del Barcelona se consumó cuando Piqué marcó en contra en el minuto 27, y Müller amplió la ventaja a los 31 con un cabezazo.
El conjunto catalán, campeón europeo en cuatro ocasiones (1992, 2006, 2009 y 2011), se despidió así del máximo torno continental en la misma instancia que el año pasado, cuando bajo las órdenes de Pep Guardiola fue eliminado ante el ultradefensivo Chelsea inglés, campeón del certamen.
Por su parte, el Bayern Munich, también con cuatro trofeos (1974, 1975, 1976 y 2001), consiguió su segunda final consecutiva y décima de la historia.
De esta forma la Liga de Campeones de Europa tendrá una final alemana el próximo 25 de mayo en el estadio de Wembley de Londres, cuando el Bayern se mida al Borussia Dortmund, que ayer eliminó al Real Madrid.
Con un marcador 4-0 adverso, el conjunto catalán tenía que lograr un verdadero “milagro”, y para ello necesitaba a su máxima estrella, Leo Messi, quien quedó sorpresivamente relegado al banco al resentirse de la lesión muscular en el bíceps femoral de la pierna derecha.
El Barcelona necesitaba marcar cuatro tantos y que no le hicieran ningún gol en contra, ya que de lo contrario necesitaría marcar cinco de ventaja porque la conquista de visitante vale doble.
Ante semejante hazaña por delante, la ausencia de Messi no fue la única, en la formación de lujo del “Barsa” tampoco estuvo Busquets, lesionado, ni Jordi Alba, sancionado.
A pesar de ello, el Barcelona saltó al campo con actitud y a una velocidad de crucero, pero se encontró con un rival tan duro como esperaba y por momento volcado completamente a la labor defensiva con gran eficacia.
El primer cuarto minuto de juego fue de una gran intensidad, con el Barcelona buscando atacar y el Bayern jugando al contragolpe, lo que anunciaba un duelo de alto voltaje.
El “Barsa” tuvo una primera ocasión con un cabezazo un poco forzado de Barta (10m.), y Piqué salvó un contraataque de Robben, al ceder el esférico a Valdés.
Poco después, Alves (15m.) quedó solo ante Neuer pero hizo un centro sin encontrar a nadie. Pique, de gran actuación, volvió a evitar el gol del Bayern, esta vez a través de Lahm, que se quedó solo tras una espectacular jugada colectiva de los alemanas.
A partir del minuto 20 el Bayern se encargó de defender y frenar a los de Tito Vilanova, quienes parecían haberse apoderado del partido. Los alemanes se tiraron un poco más atrás y por momentos se pudo ver el tradicional posicionamiento del Barcelona, con todos los jugadores en campo rival.
Los catalanes tuvieron ocasiones en los pies de Pedro, Xavi, Fàbregas y Adriano pero no concretaron y se fueron al descanso sin los goles que tanto necesitaban.
Pero al regresar al terreno de juego todo cambió, ya que el Bayern aprovechó la primera ocasión que tuvo y Robben, con una espectacular definición, envió el balón al fondo de la red.
La hinchada enmudeció y el Barcelona se desmoronó. Y aunque la eliminatoria estaba cerrada los catalanes tuvieron que sufrir más.
Un centro de Ribéry terminó dentro del arco en un intento de Piqué por despejar el balón y poco después el delantero francés envió un pase a su compañero Müller, quien colgó la pelota en la red con un cabezazo.
Un final de hielo para el Barcelona, en un Camp Nou que necesitaba una histórica remontada y estuvo lejos de producirse.