El Papa Francisco afirmó que "cuando la actitud no es de servicio a las iglesias particulares y a sus obispos, crece entonces la estructura de la Curia como una pesada aduana burocrática, controladora e inquisidora".
Francisco dio un discurso a los cardenales, obispos, sacerdotes y laicos que se desempeñan en el Vaticano con motivo de la cercanía de la Navidad, en donde criticó las actitudes de condena y control, más que de perdón y apertura a las diversas iglesias locales.
"Cuando falla la profesionalidad, hay una lenta deriva hacia la mediocridad", precisó Francisco en su primera felicitación navideña a los miembros de la administración central de la Iglesia Católica.
Recordó a quienes trabajan en los distintos departamentos vaticanos que administran una Iglesia con 1.200 millones de creyentes que siempre deberían esmerarse por conseguir "profesionalidad y servicio".
"La santidad en la Curia significa también hacer objeción de conciencia a las habladurías", sostuvo el Papa, quien afirmó que "nosotros insistimos mucho en el valor de la objeción de conciencia, pero tal vez deberíamos ejercerla también para oponernos a una ley no escrita de nuestros ambientes, que por desgracia es el de la cháchara".
"La cháchara daña la calidad de las personas, del trabajo y del ambiente", insistió Francisco, en lo que fue una directa referencia al escándalo de la filtración de documentos confidenciales, conocido como "Vatileaks", según consigna la agencia Ansa.