Nora Cortiñas y Pérez Esquivel hablaron del retorno de la "obediencia debida"; también la oposiciónplanteó que la designación del militar le garantiza al Gobierno "la partidización del Ejército".
Un día después de que el Senado aprobara el pliego de César Milani, la controversia por el ascenso del jefe del Ejército se recalentó ayer, justo antes de que la Presidenta formalizara la promoción del militar, acusado de crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura.
Una vez más, el tema volvió a generar diferencias entre los organismos de derechos humanos, incluso en el interior del oficialismo, y una defensa cerrada de parte del Gobierno, que insistió en que las acusaciones contra Milani no están comprobadas.
Una de las críticas más duras contra el ascenso del militar provino de la titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas, quien sostuvo que le dieron "asco" los senadores que votaron a favor. "Lo de ayer [por anteayer] fue un retroceso. Un irrespeto total a la lucha de más de 30 años que llevamos los organismos de derechos humanos", dijo Cortiñas en declaraciones radiales. La dirigente respaldó la postura del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que objetó el pliego, y sentenció: "Es un retroceso para la democracia. Volvimos a la obediencia debida".
El Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel utilizó conceptos similares. "Es muy grave que el kirchnerismo, con obediencia debida, haya nombrado a Milani jefe del Ejército Argentino sin que se investiguen las acusaciones", sostuvo en un comunicado, y después agregó: "El mejor argumento que esgrimieron los oficialistas es que «así lo pide la Presidenta»".
En la misma línea, el senador Ernesto Sanz sostuvo que el ascenso de Milani es "un grave retroceso para el sistema democrático". El presidente de la UCR consideró que el militar "le garantiza al Gobierno la partidización del Ejército". También el jefe de bloque del radicalismo en Diputados, Mario Negri, cuestionó la decisión del oficialismo. "El kirchnerismo ha decidido bajar las banderas de la defensa de los derechos humanos para encumbrar en el Ejército a un militar profundamente cuestionado por su posible participación en actos aberrantes", dijo.
Del otro lado de la polémica, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, volvió a defender el ascenso del militar y sostuvo que no significaba una contradicción con la política de derechos humanos del Gobierno. "Construimos una política de derechos humanos durante todos estos años, de la que nos sentimos orgullosos. Se construyó con el impulso del Gobierno y con el acompañamiento permanente de los organismos de derechos humanos, y no veo contradicción alguna en ese sentido", señaló a radio Vorterix.
El funcionario consideró que las denuncias contra Milani "no tienen ninguna comprobación judicial" y destacó que "el procesamiento de cualquier ciudadano depende de una decisión" de la Justicia.
Rossi señaló que el Poder Ejecutivo "nunca ascendió ni abonó el tratamiento de un ascenso a ninguna persona involucrada en situaciones de procesamiento judicial" y, al respecto, recordó que el ex jefe del Ejército Roberto Bendini había sido pasado a retiro luego de que se dictara su procesamiento.
Otra que respaldó a Milani fue la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini. En su defensa del jefe del Ejército, la dirigente cuestionó, sin nombrarlo, al presidente del CELS, Horacio Verbitsky. "Los que se equivocaron con Milani son los mismos que dijeron, muchos de ellos, algún periodista, que no había que nombrarlo a Bergoglio papa porque había secuestrado algunos sacerdotes. En vez de secuestrarlos a uno lo salvó, ese que lo salvó salió a hablar y dice: cómo que me secuestró, me salvó. Así que se equivocó, se equivocan, y mucho", dijo durante la habitual ronda a la Pirámide de Mayo.
La votación del Senado expuso también una nueva voz disidente en el oficialismo. La legisladora porteña Gabriela Cerruti, del partido de Martín Sabbatella (Nuevo Encuentro), se distanció de la decisión del Gobierno: "Qué pena más grande que hayan aprobado el pliego de Milani. Nada volverá a ser lo mismo".