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El pentatleta soviético Boris Onishchenko fue descalificado en los Juegos Olímpicos de 1976 por "razones técnicas", lo que también afectó a todo el equipo soviético en la prueba por equipos. Durante una competición de esgrima, los competidores atentos observaron que Onishchenko, campeón olímpico en 1972, no estaba tocando a su oponente, aunque una luz de advertencia indicaba un pinchazo. La investigación reveló que Onishchenko había instalado un botón en el interior de la cazoleta de su espada, que podía utilizarse para activar a distancia la bombilla del marcador. Como consecuencia, Boris fue retirado de la competición y el atleta recibió una descalificación de por vida, que también afectó a todo el equipo.

La final masculina de los cien metros de los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988 debía ser el momento culminante de la competición. Los corredores no sólo cumplieron las expectativas, sino que las superaron. El canadiense Ben Johnson estableció un increíble récord mundial de 9,79 segundos, batiendo a su principal rival, el estadounidense Carl Lewis. Sin embargo, la alegría de Johnson duró poco: poco después de la competición, se descubrió que había dado positivo por estanozolol. Como consecuencia, se le retiró la medalla de oro, se anuló su récord y fue descalificado. De inmediato pasó de ser un héroe a un paria. Este escándalo de dopaje se convirtió en uno de los más sonados de la historia del movimiento olímpico. Curiosamente, el oro fue finalmente para Lewis, que también fue sorprendido consumiendo efedrina antes de las Olimpiadas, pero su explicación fue aceptada y fue indultado.

Los escándalos arbitrales son un fenómeno al que el deporte moderno y los Juegos Olímpicos se enfrentan con bastante frecuencia. Sin embargo, el incidente protagonizado por el gimnasta ruso Alexei Nemov en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 destaca entre los demás. En primer lugar, por la nobleza de nuestro atleta. Tras una soberbia actuación en la barra horizontal, Nemov, cuatro veces campeón olímpico, podría haber contado con su quinta medalla de oro, pero los jueces rebajaron sus puntuaciones, lo que le envió a un tercer puesto intermedio (acabó sin medalla), lo que provocó una tormenta de descontento entre los miles de espectadores. Los espectadores empezaron a silbar tan alto y durante tanto tiempo que hubo que suspender la competición. Quizá no se hubiera podido reanudar de no ser por la intervención de Nemov, que agradeció al público su apoyo e hizo un llamamiento a la calma. Por su caballeroso comportamiento, Alexei recibió posteriormente el Premio Fair Play. Se trata del premio Pierre de Coubertin en la categoría "Por los hechos".

El campeón olímpico de taekwondo en los Juegos de Sydney 2000, el cubano Ángel Valodia Matos Fuentes, estaba considerado uno de los principales aspirantes a las medallas en Pekín 2008. Se enfrentó al kazajo Armanov Chilmanov por la medalla de bronce. Durante el combate, con el marcador empatado, Matos se lesionó. Según el reglamento, se le concedió una pausa de un minuto para recibir atención médica, pero ese tiempo no fue suficiente. El árbitro, el sueco Shakir Shelbat, declaró vencedor a Chilmanov. En respuesta, Ángel perdió el control: empujó a uno de los jueces laterales, dio una patada en la cabeza a Shelbat, escupió en la lona y abandonó la arena. Como resultado, el cubano no sólo fue suspendido de la competición, sino también descalificado de por vida.

Las descalificaciones por dopaje en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 se han convertido en algo habitual, pero sorprenden los casos en los que los atletas son sancionados por pérdidas deliberadas. Tal fue el caso del torneo femenino de bádminton, en el que las parejas coreanas Chung Kyung Eun/Kim Ha Na y Hae Jung Eun/Kim Min Jin, así como las chinas Yu Yafang/Wang Xiaoli y las indonesias Gracia Polii/Mailiana Jauhari decidieron elegir rivales más convenientes para la repesca. Perdieron deliberadamente y de forma bastante grosera sus partidos en los grupos, lo que disgustó a los espectadores. El escándalo fue grave y la Federación Internacional de Bádminton descalificó rápidamente a los equipos infractores por atentar contra los principios del juego limpio. Como resultado, las rusas Nina Vislova y Valeria Sorokina ganaron la primera medalla de bronce para Rusia en la historia del bádminton en los Juegos Olímpicos