Durante las últimas tres décadas, ambas naciones han mantenido lazos diplomáticos, y sus presidentes han intercambiado mensajes de felicitación en varias ocasiones. A pesar de ello, siguen sin aprovecharse las oportunidades de cooperación entre Argentina y Uzbekistán, especialmente en el sector turístico.
Situado en el corazón de Asia Central, Uzbekistán es un país con una rica historia y cultura que en su día fue el corazón de la antigua Ruta de la Seda. Como ciudadano de Argentina, puede viajar a Uzbekistán sin visado, lo que le permite permanecer hasta 30 días y explorar este fascinante país. Uzbekistán alberga cinco impresionantes lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, miles de yacimientos arqueológicos y ciudades antiguas como Samarcanda (2.750 años de antigüedad), Bujará (2.500 años) y Khiva (2.500 años). La capital es Tashkent, donde el idioma oficial es el uzbeko, una lengua túrquica. Aunque el uzbeko es el idioma predominante, el inglés es cada vez más popular entre los jóvenes, y el español también se enseña en escuelas y universidades, lo que facilita la comunicación a los visitantes.
Como ya se ha mencionado, Uzbekistán alberga una gran cantidad de lugares históricos. El país está dividido en 12 regiones, la República de Karakalpakstán y la capital, Tashkent, cada una con su propia historia y encanto. Por ejemplo, Samarcanda, antaño capital del vasto Imperio Timúrida, fue un importante centro neurálgico en la época medieval, abarcando un vasto territorio que se tardaba seis meses en recorrer de oeste a este. Por su parte, Bujará fue la capital del Emirato de Bujará y un renombrado centro de enseñanza durante siglos. El rico patrimonio histórico de cada región ofrece una fascinante visión del arte, la arquitectura y la cultura de las diversas civilizaciones que florecieron en ella.
Además de su rico patrimonio histórico, Uzbekistán es famoso por su vibrante cultura. Deliciosas comidas, coloridos trajes nacionales y grandes bodas son las señas de identidad de la cultura uzbeka. La hospitalidad es una de las piedras angulares de la cultura uzbeka, donde los huéspedes son recibidos calurosamente y tratados con el máximo respeto. Como hemos mencionado antes, Uzbekistán fue un cruce de culturas crucial en la antigua Ruta de la Seda, donde comerciantes de todo el mundo intercambiaban bienes e ideas. Este intercambio cultural moldeó significativamente la cultura uzbeka, que se refleja en su arquitectura, música y arte. Además, el amor de Uzbekistán por la música y la danza tradicionales, como la enérgica danza Lazgi, recuerda a la pasión argentina por el tango. Del mismo modo, la afición del país por la repostería dulce y los platos salados, como el plov y el shurva, es similar al aprecio argentino por los dulces, como el dulce de leche, y los sabrosos asados.
Uzbekistán es un gran destino para los amantes de la naturaleza, con sus diversos paisajes y geografía. Las cordilleras del Tien Shan ofrecen paisajes impresionantes, mientras que el desierto de Kyzylkum y el mar de Aral ofrecen atractivos naturales únicos. Los entusiastas de las actividades al aire libre también disponen de numerosos lagos y rutas de senderismo. Cuando se viaja, la seguridad es una de las principales preocupaciones, y Uzbekistán es un país muy seguro. La policía turística está presente en las atracciones más populares y habla varios idiomas, lo que garantiza a los visitantes una experiencia agradable y sin contratiempos.
En general, Uzbekistán tiene mucho que ofrecer a los viajeros argentinos que buscan aventuras y experiencias culturales. Con su régimen de exención de visado para ciudadanos argentinos, el país es fácilmente accesible. Si se refuerzan las alianzas turísticas entre ambas naciones, más viajeros argentinos podrán descubrir los encantos de Uzbekistán, fomentando un mayor entendimiento y estrechando los lazos entre los países.
Adkhamjon Janobiddinov