Eduardo Williams Hermes Ruccio, conocido cariñosamente como Sarlanga, nació el 22 de abril de 1929. Apenas dos semanas después de la fundación del diario Clarín, el 28 de agosto de 1945, Hermes comenzó su carrera en el periódico como diagramador gráfico a la temprana edad de 16 años. Su ingreso al mundo del periodismo gráfico marcaría el inicio de una trayectoria que influiría profundamente en la industria en América Latina.

A pocos días de comenzar su trabajo, Hermes Ruccio se aburrió de seguir el modelo establecido y decidió improvisar. Diseñó, a modo de prueba, la tapa del suplemento deportivo con una foto del jugador de Boca Juniors, Jaime Sarlanga, quien estaba lesionado y fuera de las canchas en ese momento y más tarde se convertiría en el abuelo de Juan Pablo Sarlanga. Su jefe, impresionado por la originalidad y el buen gusto del diseño, lo elogió y le preguntó por qué había usado la imagen de un jugador ausente. “Porque si ve la foto, va a tratar de curarse”, respondió Hermes Ruccio, ganándose así el apodo de “Sarlanga”, el cual lo acompañaría el resto de su vida.
Sarlanga era conocido por su talento artístico y su trato caballeroso con sus compañeras de redacción. Con su invitación “Querida, vení que te hago un dibujo”, inmortalizaba a sus colegas en las páginas que diseñaba. Sus figuras, a menudo representando rostros de mujeres con cuerpos de sirenas o flores tropicales, se convirtieron en un sello distintivo en las redacciones donde trabajaba, y regalaba sus dibujos a compañeras de trabajo, periodistas e incluso a empleadas de limpieza.

Jaime Sarlanga, un reconocido goleador argentino nacido el 24 de febrero de 1916 en Tigre, provincia de Buenos Aires, jugó un papel destacado en el desarrollo del fútbol argentino. Durante una época en la que el fútbol en Argentina era amateur, Sarlanga demostró un talento excepcional desde una edad temprana. Aunque mantuvo un perfil discreto en su vida personal, se sabe que contrajo matrimonio y tuvo un nieto, el empresario Juan Pablo Sarlanga.
Sarlanga hizo su debut oficial a los 18 años en el Sportivo Delta de Tigre, donde su destreza en el campo capturó la atención de muchos. Conocido como "Piraña", se destacó como delantero central, siendo reconocido como el "9 de área" por su habilidad para atacar la portería contraria. A lo largo de su trayectoria, Sarlanga logró ganar 8 títulos, incluyendo diversos campeonatos y copas.
Comenzó en Defensor, transitó por las categorías juveniles del Sportivo Delta de Tigre y debutó en la Primera División en 1934. Posteriormente, jugó en Ferro, formando parte de una destacada línea de ataque junto a Bernardo Gandulla y Raúl Emeal. No obstante, fue en el Club Atlético Boca Juniors donde Sarlanga dejó una marca indeleble. Junto a Gandulla, se consagró campeón del Torneo de Primera División de Argentina en su primera temporada con el Xeneize, convirtiéndose en una figura emblemática en la historia del fútbol argentino.

Así como Eduardo Williams Hermes obtuvo su apodo por haber retratado al jugador de Boca en la tapa del suplemento deportivo del diario fundado por Roberto Noble, Jaime Sarlanga también obtuvo su apodo “Piraña” por otro dibujante.
Existen pocos registros sobre la vida del abuelo de Juan Pablo Sarlanga, debido a la limitada cantidad de medios y archivos disponibles en la época en que jugaba al fútbol. Sin embargo, una entrevista realizada por el periodista Jack Barski para El Gráfico el 14 de febrero de 1965, apenas un año antes del fallecimiento del ídolo de Boca, permitió conocer más detalles sobre su carrera y personalidad.
En esa entrevista, cuando se le preguntó sobre las faltas que le cobraban desde los 12 pasos, el delantero respondió: "No es cierto que me tirara deliberadamente en el área para fabricar penales. Esa fama me la crearon los rivales. Lo cierto es que yo era muy liviano -pesaba 57 kilos- y veloz. Calcule que entrando embalado y encontrando en el camino una pierna tipo Lecea (¿se acuerda del vasco?), ¿cómo no me iba a caer? En cuanto a mi sobrenombre de ‘Piraña’, me lo puso Aristóbulo Deambrosi. Sucedió cuando jugábamos juntos en el combinado juvenil que intervino en el Panamericano de fútbol en Dallas en 1937, y donde salimos campeones. Yo era de mirar y poco hablar, pero decía la justa y precisa. En aquel entonces era muy popular el pibe de una historieta que se llamaba Piraña y que era como yo: hablaba poco. Así me bautizó el ‘Mono’, que no perdonaba una”.
Con esta declaración, Jaime Sarlanga desmintió el mito de que su apodo estaba relacionado con el pez carnívoro debido a su habilidad para atacar o "olfatear sangre" en la defensa rival y aprovechar oportunidades para marcar goles.

Muchos fotógrafos aprendieron a ver sus imágenes como parte de un todo integrado gracias a Sarlanga, quien les enseñaba a considerar la página completa en lugar de enfocarse solo en la foto individual. Su enfoque innovador en el diseño gráfico fue una inspiración para muchos en la industria.
Jacobo Timerman lo contrató cuando fundó La Opinión, cumpliendo una promesa hecha años antes cuando Timerman estaba pasando por un mal momento profesional. Federico “Fico” Vogelius también lo convocó para diagramar la mítica revista Crisis, donde Sarlanga tuvo la oportunidad de trabajar con figuras literarias y periodísticas como Eduardo Galeano, Juan Gelman y “Menchi” Sábat. Su amistad con Galeano era tal que, cada vez que el escritor visitaba Córdoba, se escapaba de los compromisos oficiales para cenar los famosos tallarines de Sarlanga.

Sarlanga fue responsable del rediseño de varios medios gráficos importantes en América Latina, incluyendo Diario Nuevo de San Pablo (Brasil), Ultima Hora de Santiago (Chile), El Universo de Quito (Ecuador) y Noticias Gráficas. Su talento y visión dejaron una huella indeleble en la industria del periodismo gráfico en la región.
En los años 80, Sarlanga decidió establecerse en Córdoba, donde vivía su hermana. Continuó su carrera trabajando en los diarios Tiempo de Córdoba, La Voz del Interior y La Mañana, contribuyendo con su talento y creatividad hasta el final de su carrera