Esta escena, que parece sacada de un sueño, fue capturada por Eduardo Blanco en Tudela (Navarra), durante el mes de agosto. En ella, una Mantis Religiosa caza Ephoron Virgo -unos insectos conocidos comúnmente como efímeras- que, recién nacidas, vuelan en enjambre.
Las mantis religiosas se alimentan principalmente de insectos pequeños, a los que atrapan con sus patas delanteras dotadas de espinas. Pero la mantis no es una cazadora impulsiva: emplea la técnica del acecho, y no le importa esperar hasta que su presa está lo suficientemente cerca para que el ataque pueda ser rápido y efectivo.
National Geographic