Flor Peña reveló que no practica más el poliamor con Ramiro Ponce de León: “Estamos con otras necesidades”
- 26/05/2024 16:30 hs
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Durante una extensa charla con TN Show, la actriz habló del éxito de Mamma Mia, dio su visión sobre los recortes a la cultura y el ajuste en la economía familiar. La relación con sus hijos y el vínculo con su marido.
Después del arrollador éxito que fue la obra de Casados con hijos, Florencia Peña protagoniza Mamma Mia, musical que se presenta en el Teatro Coliseo de miércoles a domingos, tras haber sido el gran suceso de la temporada de verano en Carlos Paz.
En ese marco, la actriz dialogó con TN Show sobre varios temas: los recortes en Cultura, el ajuste económico del gobierno de Javier Milei, las declaraciones de Guillermo Francella en apoyo al Presidente, su relación poliamorosa con Ramiro Ponce de León y la exposición de sus hijos mayores, Toto y Juan Otero.
-Después de romperla en Carlos Paz, apostaron a la plaza porteña con Mamma Mia ¿Cómo te sentís con eso?
-Estoy muy feliz. Veníamos de hacerla en Rosario que fue como el antesala más parecida a lo que iba a ser Buenos Aires,
porque Carlos Paz es como una plaza muy particular, porque ellos no tienen una cultura del musical, es como Buenos Aires hace 20 años, que costaba, costaba que el musical se entendiera como un género no menor. Era como que todos los que hacíamos musicales... sí, todo bien, pero un género menor. Hoy el musical está la par de cualquier otra obra. Y Carlos Paz es como que está un poco atrasado en eso, entonces fue lindo ir y que fuera un éxito teniendo en cuenta de que por ahí el musical no es el lenguaje que yo más les gusta pero sí Rosario que sabíamos que era una ciudad teatrera musicalera. Dijimos ‘bueno, a ver qué pasa con Rosario’ y fue un un fiestón hermoso, entonces dijimos ‘seguramente Buenos Aires tenga algo que ver con esto que está pasando’ y exactamente eso nos está pasando.
-¿Esperabas repetir algo parecido después de lo que fue el éxito de Casados con hijos?
-Mamma Mia está al nivel de Casados en cuanto a la euforia que genera el musical. Yo después de Casado dije, no voy a volver a sentir nunca esta euforia, que no tiene mucho que ver con el teatro... a mí me encanta el teatro. Yo me siento una actriz de teatro por sobre todas las cosas, pero el teatro es una energía que si bien es recíproca y vos das y recibís, no es la energía del cantante, que es una energía de euforia y de gritos, eso sí me pasó con Casados.
Me está pasando con Mamma Mia, pero no solamente me está pasando con el musical, porque la gente se para y canta las canciones, y se pone eufórica al final, y hay públicos que son muy, muy efervescentes, sino porque hay algo de ese agradecimiento que yo lo sentí mucho en Casados, y que lo estoy sintiendo ahora, de ver algo de estas características es un espectáculo distinto a todo lo que hay en la cartelera de Buenos Aires, es un espectáculo que tiene muchas aristas, o sea, tiene por un lado las canciones de ABBA que la gente que se sienta acá, las conoce y las canta, y le genera muchos estados porque las canciones te remiten a cuestiones personales en general, tiene la comedia, tiene la emoción, y tiene la cuestión de la superproducción... todo eso hace que Mamma Mia sea un espectáculo distinto.
-Recién te hablaba de Casados... tengo que preguntarte por Guillermo Francella ¿Cambió tu relación con él postelecciones?
-Nooo, pero si nosotros nunca pensamos igual, nunca, desde que lo conozco. Empecé a trabajar con él hace 23 años y yo lo quiero un montón a Guille. Y cuando yo salí a defender la postura de que él pudiera expresarse, de un lado y del otro intentaron manipular mis dichos... de los que piensan como yo como diciendo, ‘mirá, ahora se dio vuelta Florencia lo está bancando a Guillermo’. Yo no estaba bancando sus ideas, lo estaba bancando a él. No pienso como Guille, ya sabés que no pienso como Guille y no tengo además de estar todo el tiempo aclarando, porque me parece que ya se sabe lo que pienso, pero yo soy muy respetuosa del pensamiento, porque a mí me hubiera gustado que me respeten un poco más, y como me han dado duro y parejo y además me han operado bastante, es que también me pongo en la piel al revés. No importa lo que vos pienses. Yo siempre voy a respetar mientras sea con respeto la opinión de cualquier persona y mucho más, si esa persona la conozco y además sé que hemos tenido conversaciones siempre muy respetuosas sobre nuestras disidencias.
No pienso como Susana (Giménez) y sin embargo la banco, puedo comer con ella, me puedo reír. Además me parece que terminamos perdiéndonos en opinar sobre nosotros cuando el punto es tratar de ayudar a que no se cierren los lugares que tienen que ver con el desarrollo de nuestra identidad. Eso es lo que se está poniendo en juego en este momento, no si Guillermo sí o si Guillermo no.
-Dolores Fonzi dijo que no trabajaría con Francella porque piensa diferente, ¿alguna vez te pasó que rechazaron trabajar con vos por lo que vos pensás?
-No tengo idea si sucedió. Si sucedió, no me enteré. Pero sí te puedo decir que muchos productores cuando yo estaba muy politizada sí rechazaron trabajar conmigo. Eso sí. Compañeros no sé, no creo.
-¿Y qué sentiste en ese momento?
-Mucho dolor. Nunca lo entendí. Igual creo que lo que tengo para dar es muchísimo más fuerte que mi postura política, y la realidad es que yo sigo protagonizando obras grandes y la gente viene a verme. Obviamente, me puede ir mejor o peor, pero no pasa por la política que me vaya mejor o peor, pasa porque por ahí a veces no matchea lo que estás haciendo con la gente.
¿Sabés qué recibo mucho de la gente? ‘No pienso como vos, pero me encantás como artista’. Eso lo recibo un montón, pero un montón, eh. Después el pelotudo hater que está, pobrecito de mi alma, tratando de escribir cositas feas... no le doy bola, porque la realidad es esta: salir al escenario, y lo que pasa con el público, y que la gente me siga eligiendo a pesar de todas las cosas que se han dicho de mí, y a pesar de que muchos de los que vienen a verme no piensen como yo. Creo que ahí está el punto interesante. Eso es lo que nos tiene que pasar, no pensar igual.
-Tu hijo Juan debutó hace poco en el streaming de Telefe, ¿pudiste charlar con él?
-Sí. Fui a su primer programa. Juan es el ser más libre del mundo y si yo soy una mamá libre, él me enseña todavía aún más de libertad. Y creo que hay algo de su libertad a sus 15 años que a mí me conmueve un montón y lo banco, lo voy a bancar siempre. Yo siempre digo yo soy una mamá distinta para cada hijo que tengo. No creo en la educación estándar y Juan necesitó determinadas cosas de mí. Sobre todo lo que necesita Juan es una bancada desde la libertad, porque él es un tipo libre, pero también una bancada desde lo lúdico. Él es un pibe muy lúdico, muy curioso como yo. De mis hijos, él es el más parecido a mí.
Estoy muy orgullosa de él, porque además, encima de todo, el otro día escuchaba la pelotudez atómica de... no importa... uno de los que salen a hablar pelotudeces, que dice que los hijos de padres separados no rinden bien en la escuela... mi hijo es mejor promedio y tiene padres divorciados y está entrando ahora en las olimpiadas de matemática, y además es el Juan que conocés. Todo eso es Juan.
-Y ahora Toto se abrió un emprendimiento gastronómico...
-¡No sabés cómo cocina! Estoy feliz.
-¿De quién sacó la parte de cocina?
-De mí no. Igual pará, yo cocino rico pero hace mucho que no cocino porque no tengo tiempo. No soy una mamá que cocine. Yo soy una mamá divertida, atenta, compañera de las de las aventuras, pero no, nunca fui una mamá cocinera, pero básicamente porque si cocino, no actúo. No hay manera de que yo...
Además de todo lo que hago, tengo tres pibes. Ya tener tres pibes es como ‘what?’ ¿En qué momento me clavé tres pibes? Entonces yo siempre les digo: ‘mamita es esto’.
(Toto) Tiene mucho talento para cocinar y mucho talento para la pastelería, y mucho talento para la pastelería fit, ahora que es a lo que se dedica.
Es muy gracioso porque le pido por favor que me cocine a mí, que soy dulcera, y que necesito clavarme alguna torta, y estoy última en la lista. Tipo ‘¡dale, cociname a mí!’, porque le pago, porque no es que no se las compro, pero tiene tantos pedidos que me tiene como en la cola.
Toto es una cosa hermosa, pero va por otro lado su historia personal.
-¿Te preocupa que ellos estén expuestos de alguna manera?
-No, ellos son mis hijos, ellos han estado siempre a la altura de ser mis hijos. Aman nuestra vida, me quieren como soy, quieren nuestra historia... después, cada uno de ellos hace lo que quiere. Toto no se expone tanto, es un pibe que le cuesta más la exposición, es más tímido, pero es tan hermoso, y tan honesto y tan lindo que a pesar de que por ahí le jode, viene y se saca fotos en el estreno. Me acompaña. Quiere que la gente sepa que él está ahí para mí, como yo estoy ahí para él. Tiene como esa mirada empática con respecto a eso. ‘Acá estoy mamá, te banco y estoy muy orgulloso de ser tu hijo’ me lo dice seguido. Pero bueno, él es más introvertido.
-¿Te ves haciendo un programa de tele en el que Toto sea el que cocina y Juan tu coequiper?
-Ya me dijo que no, con Juan sí. Me encantaría. Amo compartir con mis hijos todo, todo lo que se pueda compartir, lo compartimos. Somos una familia que nos divierte y nos gusta mucho estar juntos. Incluso con mi exmarido (Mariano Otero), los hijos de mi exmarido... o sea... somos una familia muy graciosa y el humor atraviesa todo el tiempo nuestra vida.
La relación de Flor Peña con Ramiro Ponce de León
-Ahora te pregunto sobre tu relación con Ramiro Ponce de León (su marido). En su momento fuiste de las primeras en hablar del poliamor ¿Te costó dar ese primer paso o se dio de manera natural?
-Con Ramiro se dio de manera natural porque vivíamos separados. Fueron cinco años de vivir separados y necesitamos eso en ese momento. Ahora estamos como en otra... digo... yo creo que las relaciones tienen que ver con la madurez de cada ser y los contratos se pueden replantear, no es que un contrato se sella y te quedaste.
Hace 11 años que estamos juntos y nuestras necesidades como pareja fueron cambiando, y ni hablar cuando llegó Felipe también (su hijo menor, que nació en octubre de 2017).
Yo soy de las que creen que nada está escrito en materia del amor y que me parece que cuando te enamoraste ya estás en problemas, de una manera o de otra, sea una relación abierta, sea una relación monogámica... yo siempre fui una mina que me planteé las cosas que por ahí otros... lo incómodo. Yo siempre me planteo lo incómodo, y es incómodo plantearse la monogamia, siempre fue incómodo, porque hay algo de pertenencia, algo de nuestros mandatos, de la estructura, de que culturalmente somos seres monogámicos aunque no lo seamos de manera natural... es algo que convinimos en que íbamos a hacer en esta cultura. Entonces digo, yo soy de las que plantea ‘loco, hacé tu historia’. No nos compremos todos los mandatos ni todas las estructuras que nos han impuesto, permitámonos dudar, y eso se aplica en todo, no solamente en materia amorosa, y con Ramiro nos permitimos dudar en una época, ahora ya estamos con otras necesidades y no te quiero decir que estas necesidades que hoy tenemos sean las que se sellen, pero hoy estamos en otra historia... veremos cómo sigue.
Estoy por cumplir 50. A los 50 años las prioridades también se ponen en otro lado, eh. El sexo también cobra otra dimensión distinta. El sexo puesto en un lugar de mucha importancia... esa importancia después se pone en un lugar más relativo, y no tiene que ver solo con la edad, yo voy a ser siempre una mina muy sexual, pero sí con las prioridades.
-La economía está pasando por un momento complicado para todos, ¿tuviste que ajustarte en tu casa?
-Si. Tuve que cambiar millones de hábitos que tienen que ver con lo cotidiano: estar más atentos al gasto de la luz, estar más atentos a cuestiones que tienen que ver con nuestra vida cotidiana... no conozco a nadie que no se haya ajustado.
Tengo una mirada colectiva sobre la vida. No podría salir a quejarme porque yo tengo una realidad... si bien yo soy una laburante y no tengo comprado nada, eh, no es que yo soy una millonaria que te diga ‘yo estoy parada’. No, no. Yo soy una laburante, no estoy parada para nada. Pero sí sé que hay gente que la está pasando muy, muy mal, y ese pasarla muy mal tiene que ver con no tener ni siquiera para comer, entonces no quisiera ser yo el centro de atención diciendo ‘me tuve que ajustar en esto y lo otro’ y quejándome de eso porque me parece que en este momento la empatía es tratar de ver cómo colectivamente nos ayudamos.
Yo hago un montón de cosas que no importa... nadie sabe y tampoco tengo ganas de contarlas, pero que tienen que ver con mirar realidades que no tienen que ver con la mía y tender puentes, intentar dar una mano con gente que no tiene lo básico.
Me da tristeza que todavía no hayamos podido como país lograr que la gente, por lo menos, no se muera de hambre. Después bueno, hay realidades y realidades, pero que la gente no se muera de hambre y tenga un lugar para comer, y tenga un lugar donde vivir, y tenga un techo... me parece que esas son las cosas que me encantaría que sucedan en la Argentina. Es algo que me haría bien en este pensamiento colectivo que tengo de intentar pensar en igualdad, siempre pensar en igualdad.