No es ningún descubrimiento. Los científicos conocían de sobra que el color de la Luna no es enteramente gris, pero las numerosas imágenes tomadas en blanco y negro habían calado tan hondo que es poco conocido entre los profanos.
La superficie lunar tiene un tono entre marrón terroso y grisáceo, aunque cambia en función de la luz, como muestran las fotografías difundidas por la nave Chang E3, lanzada por China, que ayer alunizó. El anterior alunizaje controlado de una nave fue el de la sonda soviética Luna 24 en 1976.
Si la maniobra se desarrolla como está prevista, «Yutu» («Conejo de Jade»), el primer robot explorador lunar chino, abandonará la sonda para recorrer la superficie lunar durante tres meses. Durante su misión, instalará un telescopio en la Luna por primera vez en la Historia, observará la plasmaesfera (gas ionizado que circunda la Tierra) y examinará mediante radar la superficie del satélite.
Cada vez serán más las imágenes que llegarán de la luna en color, aunque tampoco serán las primeras. Ya en los años sesenta, antes de que el hombre llegara a la Luna, los científicos habían sacado el tono exacto.