El gobernador Martín Llaryora visitó por primera vez la ciudad tras que la presentación de listas de candidatos formalizara lo que el gobierno no pudo evitar: que el oficialismo le diera una enorme oportunidad a la oposición para recuperar la segunda ciudad más importante de la provincia y la primera del país en ir a las urnas tras la asunción de Javier Milei.
Nadie duda que el resultado de la elección en el Imperio generará olas en el mar embravecido de la política nacional, bendiciendo y castigando a los referentes de la elección en la cual la figura de Llaryora está irremediablemente involucrada.
"Esperaba en el justicialismo una unidad, pero no se dio. Quiero decir a todos los vecinos de Río Cuarto, que voy a trabajar para el intendente que ellos elijan, porque a mí nunca me gustó que venga nadie a decirme a quién votar o qué hacer", remarcó.
Resaltó que "con Juan Manuel y con Guillermo De Rivas nos entendemos de memoria, lo cual facilita la realización de determinadas obras en Río Cuarto. Además, no hay discusiones mezquinas, personales o partidarias que, a veces, demoran".
Además, sostuvo que nunca se involucró en la política local, porque no es bueno.
"Cada uno tiene que buscar los consensos y saberlos construir", expresó.
En cuanto a las propuestas, el Gobernador de la provincia de Córdoba consideró que "la propuesta de Guillermo, del centro de rehabilitación de adicciones, me parece central. Al igual que la ayuda que me dio para poder traer el FPA y para hacer la guardia local. De Rivas es un gran secretario de gobierno y la experiencia nos permite tener mucha más velocidad".
Por otro lado, comentó que "es tremendo el esfuerzo que estamos haciendo los cordobeses para sostener los servicios educativos, de salud y seguridad. Algunos preguntan cómo podemos hacer esto y es porque venimos bien administrados. En este momento crítico, los cordobeses estamos sosteniendo mayores índices laborales que en otros lugares, sosteniendo obras que hacen al progreso y también servicios que mejoran la seguridad".