La ofensiva golpea Isfahán, la estratégica ciudad que alberga el programa de energía atómica. La agencia nuclear de la ONU informa de que ninguna instalación ha sufrido daños. Teherán asegura haber derribado tres drones y le resta importancia
Israel atacó a Irán este viernes por la mañana (hora local) en represalia por la ofensiva con misiles balísticos y drones que Teherán lanzó el sábado pasado en su primer bombardeo directo en territorio israelí. La información fue adelantada por la cadena norteamericana ABC News y luego confirmada por medios iraníes y por funcionarios israelíes y norteamericanos. Pese a los temores a una mayor escalada en la región, Teherán luego minimizó el incidente e indicó que no tenía planes de represalias.
El blanco de la ofensiva aérea -el primer ataque directo y abierto de Israel a Irán- fue la ciudad de Isfahán, que alberga una base militar y sitios del programa nuclear iraní. De acuerdo con fuentes del gobierno de Estados Unidos, no había objetivos civiles ni tampoco nucleares entre los lugares atacados.
Los objetivos limitados del ataque y la silenciosa respuesta de Irán parecieron indicar un esfuerzo exitoso por parte de los diplomáticos que han estado trabajando día y noche para evitar una guerra total desde un ataque iraní con drones y misiles contra Israel el sábado pasado.
Los medios y funcionarios iraníes describieron una pequeña cantidad de explosiones, que, según dijeron, fueron el resultado de que las defensas aéreas de Irán impactaron contra tres drones sobre la ciudad de Isfahán. En particular, se refirieron al incidente como un ataque de “infiltrados”, más que de Israel, obviando la necesidad de represalias.
En esa línea, un funcionario iraní dijo a la agencia Reuters que no había planes de responder contra Israel por el incidente. “La fuente extranjera del incidente no ha sido confirmada. No hemos recibido ningún ataque externo y la discusión se inclina más hacia la infiltración que hacia el ataque”, dijo el funcionario.
La Agencia Internacional de Energía Atómica aseguró que no hubo daños en centrales nucleares. La institución internacional que dirige el argentino Rafael Grossi corroboró que el ataque israelí no produjo ningún inconveniente en centrales nucleares iraníes. Grossi pidió “moderación extrema a todos” y reiteró que “las instalaciones nucleares nunca deben ser un objetivo en conflictos militares”, según el comunicado que divulgó la agencia internacional.
En este contexto, varios vuelos fueron desviados del espacio aéreo iraní el viernes por la mañana, informó la CNN. Los sistemas que rastrean vuelos comerciales, además, dieron cuenta de aviones de varias aerolíneas que cancelaron su paso por cielo iraní. Los vuelos comenzaron a ser reanudados en el aeropuerto de Mehrabad y en el aeropuerto internacional Imam Khomeini, los dos principales aeropuertos de la capital de Irán, Teherán, después de haber sido suspendidos en la mañana de este viernes (hora iraní).
Escalada
Israel no dijo nada sobre el incidente, pero durante el gobierno de Benjamin Netanyahu días había anticipado que estaba planeando tomar represalias contra Irán por los ataques del sábado, el primer ataque directo contra Israel por parte de Irán en décadas de guerra en la sombra librada por representantes que se ha intensificado en todo el Medio Oriente durante seis meses de batalla en Gaza.
Tras los ataques de la mañana, líderes de todo el mundo pidieron este viernes a ambas partes que eviten una mayor escalada. “Es absolutamente necesario que la región se mantenga estable y que todas las partes se abstengan de tomar más medidas”, dijo la jefa de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen. Llamamientos similares vinieron de Pekín y de los estados árabes de la región.
En los mercados financieros, las acciones globales cayeron, los precios del petróleo subieron y los rendimientos de los bonos estadounidenses cayeron debido a que los operadores se preocuparon por los riesgos.
Los dos enemigos de larga data se encaminaban hacia una confrontación directa desde un presunto ataque aéreo israelí el 1 de abril que destruyó un edificio en el complejo de la embajada de Irán en Damasco y mató a varios oficiales iraníes, incluido un alto general.
La respuesta de Irán, con un ataque directo a Israel, no tuvo precedentes, pero no causó muertes y solo daños menores porque Israel y sus aliados derribaron cientos de misiles y drones. Las sofisticadas defensas antiaéreas se encargaron de la mayoría del resto de los proyectiles; solo el 1% impactó en sus objetivos.
Desde entonces, los aliados de ambos países, incluido Estados Unidos, habían estado presionando fuertemente para garantizar que cualquier represalia adicional fuera calibrada para no provocar una espiral de hostilidades. Los ministros de Asuntos Exteriores británico y alemán visitaron Jerusalén esta semana y los países occidentales endurecieron las sanciones contra Irán para apaciguar a Israel.
Occidente teme que Medio Oriente entre en una guerra como nunca vio, que impactará directamente en el resto del mundo y en la economía global.
En este marco, Irán declaró el jueves ante el Consejo de Seguridad de la ONU que Israel debía “verse obligado a poner fin a cualquier nueva aventura militar contra nuestros intereses”. El canciller iraní, Hussein Amir-Abdollahian, había advertido, horas antes del bombardeo israelí, que su país reaccionaría con “el máximo e inmediato nivel” en caso de ser atacado.
“Exigimos que Irán y sus aliados cesen sus ataques y estamos listos para tomar nuevas medidas ahora, en caso de nuevas iniciativas de desestabilización”, indicó en un comunicado el G-7, integrado por Estados unidos, Canadá, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y Japón.