Lionel Messi protagonizó anoche una brillante pero reducida actuación en la revancha entre Inter Miami y Nashville, por los octavos de final de la Concacaf Champions, tras el 2-2 de la ida. El argentino comenzó su faena con una asistencia para el primer gol, obra de Luis Suárez, y después directamente convirtió el segundo para poner a los de Gerardo Martino más cerca de los ocho mejores del certamen.
La primera gran intervención llegó a los siete minutos del primer tiempo, cuando el astro recibió por la izquierda con la libertad necesaria para habilitar en profundidad al milímetro al Pistolero, quien definió con un toque ante la salida de Joe Willis.
El segundo tanto llegó a los 23 minutos, cuando el que penetró en el área llevándose las marcas por la izquierda fue Diego Gómez para descargar hacia atrás para un Messi que venía de frente y resolvió con soltura al segundo palo.
El final preocupante: salida prematura y tranquilidad de Martino
Después de sus mejores intervenciones, la Pulga se tomó varias veces hacia el final del primer tiempo la cara posterior del muslo derecho y, cuando finalizó el período, salió rápidamente rumbo al vestuario. Cualquier fantasma pareció disiparse cuando retornó entre los once para disputar el segundo, pero allí solamente duró cuatro minutos: fue reemplazado por Robert Taylor y encendió todas las alarmas.
Más tarde, trascendió que salió por precaución y que no llegó a sentir en el músculo típico de un desgarro. En la conferencia de prensa, Martino lo confirmó: "Tiene una sobrecarga en el posterior derecho. Intentamos ver si podía aguantar pero le estaba molestando y preferimos que salga del partido". Igual, es un hecho que "no estará disponible" el sábado frente a DC United: "Es lo único que puedo decir de cara a lo que viene. Seguramente le harán alguna imagen, iremos viendo cómo va evolucionando".