En la Argentina, se registran más de 4500 nuevos casos cada año. En el marco de su día Internacional, expertos subrayan la importancia de la prevención y la educación sexual, además de la vacunación, para frenar su avance.
El 4 de marzo es el Día Internacional de la Concientización sobre el VPH, la infección de transmisión sexual más frecuente en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este día es importante informarse sobre el riesgo que supone el Virus del Papiloma Humano, además de las complicaciones que produce y cómo prevenirlo correctamente, ya que es de fácil contagio y puede ser contraído tanto por hombres como por mujeres.
Dentro del grupo de virus VPH, hay patógenos con distintos niveles de riesgo oncogénico. Esto quiere decir que tienen mayor o menor capacidad de transformar las células que infectan en tumores. Los de bajo riesgo generan verrugas y otras lesiones genitales, y los de alto riesgo pueden llegar a causar distintos tipos de cáncer. Entre éstos se encuentra el de cuello uterino.
Según la OMS, “en el ámbito mundial, el cáncer de cuello uterino es el cuarto cáncer más común en la mujer, con una incidencia de 604 000 nuevos casos en 2020. Alrededor del 90% de las 342 000 muertes causadas por el cáncer de cuello uterino se produjeron en países de ingreso bajo y mediano”. En ese sentido, el Instituto Nacional de Cáncer de Argentina destacó que, en dicho año, se registraron 4583 casos.
Desde 2011, la vacuna contra el VPH se incorporó en el calendario de vacunación. Debe ser aplicada a los niños y niñas al cumplir los 11 años de edad Foto: (UNAM)
Además, señalaron que “en relación con el cáncer cervicouterino se contabilizaron 2.159 defunciones (corregidas) lo que representó una tasa bruta de 9,3 defunciones cada 100.000 mujeres”. “La tasas ajustadas por edad (TAE) de mortalidad por cáncer cervicouterino para Argentina durante el 2021 fue de 7,4 defunciones por 100.000 mujeres”, indicaron desde el ente nacional.
Asimismo, resaltaron que “la distribución de las tasas según provincia de residencia mostró importantes desigualdades”. “La mayor mortalidad se registró en Chaco (14,5/100.000 mujeres), seguida de la provincia de Misiones (14,2/100.000) y Formosa (12,6/100.000). Por otro lado, las jurisdicciones que presentaron las menores tasas ajustadas fueron CABA (4,1/100.000 mujeres), Santa Cruz (4,6/100.000) y La Pampa (4,9/100.000)”.
“Se estima que un elevado porcentaje de hombres y mujeres sexualmente activos podrán contraer al menos uno de los más de 200 tipos existentes del virus de papiloma humano, en el transcurso de su vida”, destacaron desde la Red de Hospitales Universitarios de la UBA. En ese tono, desde el Departamento de Ginecología del Instituto Oncológico Ángel Roffo, la doctora Marcela Ostojich explicó que “el 99% de los casos de cáncer cervical-uterino se genera por el VPH, el cual tarda entre 10 y 20 años en desarrollarse”.
Se estima que, cada año, 4500 mujeres son diagnosticadas con esta clase de patología oncológica cáncer de cuello uterino, y que más de 2300 fallecen debido a la enfermedad. Este tipo de tumor es el tercero más diagnosticado en mujeres en todo el país, según informan expertos de la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (LALCEC). Vale destacar que otros tipos de cáncer que es capaz de generar este virus, dependiendo de su nivel de riesgo oncogénico, son de ano, pene, vagina, vulva y garganta.
¿Cómo se puede prevenir y detectar el VPH?
Los médicos hacen hincapié en la importancia de la prevención de esta infección, ya que estiman que 4 de cada 5 personas están bajo riesgo potencial de contraer algún tipo de VPH a lo largo de sus vidas.
Hay varias maneras de prevenir el contagio. Una de ellas es la educación sexual para lograr que las personas sepan cómo cuidarse apropiadamente de esta y otras enfermedades que son transmisibles a través de las relaciones sexuales, como también dar a conocer los síntomas para que consulten a profesionales de la medicina en caso de desarrollarlos.
La correcta utilización de los métodos anticonceptivos de barrera también es efectiva a la hora de proteger ante esta infección. Pero solo logra reducir el riesgo de contagio, ya que el virus puede alojarse en zonas que quedan por fuera del alcance del preservativo como el ano y el área genital circundante.
Debido a esto es importante que se realicen chequeos regulares para que se pueda hallar al virus en una etapa temprana. Expertos de LALCEC recomiendan que las mujeres se realicen el estudio de Papanicolau, conocido como PAP, una vez por año a partir de los 25 años para que se logre detectar si existen lesiones potencialmente cancerígenas en el cuello uterino.
También se puede realizar el test de VPH en el que se detectan la presencia del ADN de los tipos de virus con alto riesgo oncogénico. Por su parte, los hombres también deben ir a consultas regulares con médicos para prevenir tanto el cáncer como la transmisión a otras personas.
Otro factor influyente para evitar contraer este virus es la vacunación. Desde 2011, la vacuna contra el VPH se incorporó en el calendario de vacunación. Debe ser aplicada a los niños y niñas al cumplir los 11 años de edad.
“La mejor herramienta para combatir esta enfermedad es la prevención. La educación sexual, la utilización de métodos de barrera, la vacunación, el chequeo ginecológico en las mujeres y la consulta precoz en el hombre son herramientas fundamentales para evitar la mortalidad por los diferentes tipos de cáncer originados por el HPV”, aclaró Ostojich.
El doctor Carlos Silva, coordinador médico de LALCEC, explicó que “la vacuna contra el VPH es altamente recomendable ya que disminuye la incidencia y mortalidad por cáncer de cuello uterino y la carga de enfermedad asociada al VPH, sus complicaciones y mortalidad. La vacuna es muy efectiva en reducir la circulación de los genotipos de alto riesgo. En países con buenas coberturas de vacunación, los virus VPH 16 y 18 disminuyeron en un 68%, y la presencia de verrugas genitales producidas por virus de bajo riesgo disminuyó en un 61%”.
La licenciada en psicooncología Fernanda Montaña habló sobre el daño que genera el estigma social alrededor de un resultado positivo del test de VPH. Contraer este virus puede generar angustia, culpa y preocupación alrededor de las relaciones sexuales futuras. Destacó que es esencial hacer un seguimiento con profesionales para evitar el desarrollo de cáncer. “Que el temor o la vergüenza no impidan cuidar la salud”, concluyó.