El cantante de Los Redondos transita sus días alejado de los escenarios, activo en la música, luchando contra su enfermedad y con el cariño incondicional de su público
Hace 75 años nacía en Paraná, Entre Ríos, Carlos, el hijo de José Solari y Celina Estelita Choy, el hombre que décadas después comenzaría un camino en el que marcaría una impronta indeleble en la música argentina como líder de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
En una mirada retrospectiva sobre su vida, el artista sostiene que su figura trasciende el mero entretenimiento, apoyado en sus 45 años al frente del grupo y con audiencias cada vez más multitudinarias. Hasta que en 2016 reveló que sufría de Parkinson, no pisó más un escenario -salvo en forma de holograma- y se centró en sus producciones de estudio, con Luzbola como base de operaciones.
Y también adquirió un rol activo en las redes sociales, donde los mensajes de felicitaciones y agradecimientos en un nuevo aniversario de vida no se hicieron esperar. “¡Gracias a todos! Son mis pulsiones de vida”, expresó en el sitio de Instagram Los Redondos en Fotos, y agregó: “Son un regalo de la providencia”.
En lo que respecta a su vida académica, tras concluir los estudios secundarios intentó continuar su formación en el Instituto de Bellas Artes, periodo que culminó con su expulsión. Tres décadas después, contestaría en una entrevista para la revista de rock La García: “En esa época lo más importante era la rebeldía”. Así, del estudio pasó a la historia del rock nacional, al fundar junto con Skay Beilinson y La Negra Poli la legendaria banda Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Con un largo peregrinaje en el under, desde su primer disco Gulp! (1985) hasta Momo Sampler en el 2000, cada lanzamiento se convirtió en parte de la banda sonora de varias generaciones.
Al frente de la banda, el Indio se cansó de vender álbumes y llenar estadios hasta que el grupo se disolvió. Allí fue cuando fundó Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, con los que editó cinco discos de estudio: El Tesoro de los Inocentes (2004), Porco Rex (2007), El perfume de la tempestad (2010), Pajaritos, bravos muchachitos (2013) y El ruiseñor, el amor y la muerte (2018), además del registro en vivo En concierto, del año 2015. Su última actuación en directo, que se llevó a cabo el 11 de marzo de 2017 en Olavarría, estuvo marcada por un trágico saldo de dos fallecidos y numerosos lesionados.
Para el año 2022 emprendió un nuevo proyecto en solitario en colaboración con miembros de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, denominado El Mister y Los Marsupiales Extintos, que se caracteriza por la exploración de la música experimental. Las creaciones resultantes fueron compartidas a través de su canal de YouTube.
Los integrantes de este proyecto incluyen al Indio en el rol de El Míster (Voz), Gaspar Benegas como Conrado Marsupial (Guitarra Principal), Axel Lang desempeñando el papel de Rubén Marsupial (Teclados, Samplers), Fernando Nalé contribuyendo como Marta Marsupial y Marsupial Neil (Bajo, Mastering), Sergio Colombo aportando su talento como Honorato Marsupial (Saxo), y Lucas Solari participando como Carlín Marsupial (Guitarra secundaria).
Entre las composiciones presentadas en su canal se destacan “De las ventajas de caminar dormida” y “Ken Kesey (scherzo)”. Este proyecto representa un esfuerzo creativo adicional por parte de Solari, consolidando su presencia en el ámbito musical con una propuesta sonora experimental y distintiva.
Profético y reflexivo, expresó en distintos momentos su perspectiva frente a la vida y la fama. En palabras a Marcelo Figueras, plasmadas en el libro Recuerdos que mienten un poco, detalló: “Yo tengo la suerte de que el público de Los Redondos haya proyectado sobre mí ciertas destrezas o aptitudes. Ha pretendido de mí cosas –con respecto a la honestidad, por ejemplo– que, si yo tuviese que reivindicar en un examen, probablemente no aprobaría. ¿Qué pruebas tienen? Son necesidades de la gente, que precisa de algún muñeco que se calce ese chaleco. La ventaja que tiene eso es que te da permiso para ser mejor. Cuando la gente te da ese permiso y no lo aprovechás, sos un boludo. No cuesta tanto ser honesto cuando hay tanta gente a favor de que lo seas”.
“A veces me parece que lo mejor sería irse de acá sin levantar polvareda. Uno no debería competir nunca con el personaje, al menos mientras el personaje está vivo”, le dice a Figueras en el tramo final del libro. Doblando el codo de su vida, igualmente se reserva el derecho de pensarse como alguien que pasó (pasa) por este mundo para dejar una huella intelectual. Nada de liviandades. Por eso una de sus últimas (inspiradas) sentencias. “No se confundan. Aun cansado y enfermo, yo no soy un artista dedicado al entretenimiento”.
En el mismo tono, en una charla reciente en Caja Negra, fue directo ante Julio Leiva: “Estoy como el culo”. Así se refirió a su estado de salud, a la vez que igualmente aclaró: “Lo que tengo es esa súper actividad que me mantiene abstraído en eso y ahí logro unos rounds de descanso, pero ni bien vuelvo a la realidad, yo camino muy mal. He nadado aguas abiertas y ahora no puedo hacer un largo en la pileta. ¿Qué te voy a contar? Agarrá un libro, buscá ‘parkinson’ y te va a decir todo lo que te pasa”.
En la mencionada entrevista reveló que hace casi 10 años que no sale de su domicilio, salvo para ir al dentista: “Como tengo problemas para caminar, a veces, cuando llego al dentista, al lado hay una casa de venta de artículos deportivos y ya me han sacado una foto. Por el momento se han comportado bien y no la vi en ningún lugar. No me gusta que me vean así. Así como me retiré del escenario. No me gustan los artistas viejos como qué sé yo, los rockeros viejos. Me dan un poco de pena, me parece que es una cosa de jóvenes. El blues está para los viejos”.
Sobre la posibilidad de un regreso a los escenarios, al menos en un solo tema en alguno de los shows de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, aclaró: “No, porque no es que caés en un paracaídas ahí en ese momento. Tenés que estar horas antes ahí, y estoy muy incómodo. Acá tengo todo lo que necesito y me gusta: están mis libros, mis discos, la pileta calefaccionada para hacer las elongaciones...”.