David Bisbal habla del vínculo con su padre enfermo de Alzheimer y de la influencia de su familia
- 23/12/2023 12:54 hs
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En entrevista con Teleshow, el cantante español anticipa su show en el Movistar Arena del próximo 19 de febrero, en el que seguirá presentando su último disco, “Me siento vivo”
“Hace muy poco estuve en el Movistar Arena y me lo pasé muy bien. Es un escenario que han hecho a medida para los artistas y cantantes. Suena muy bien y es un lugar que es amplio: las gradas como que se meten dentro del escenario y te da la sensación de amplitud, pero al mismo tiempo de cercanía con la gente. Fue un lugar ideal para celebrar el vigésimo aniversario con canciones de toda la vida y con el disco nuevo. Ha sido perfecto”, dice David Bisbal de un tirón y apenas después de recibir el saludo de Teleshow. Hay que exprimir al máximo los exactos 13 minutos que tiene disponible para esta conversación y la sola mención de “Buenos Aires, Argentina” hace que broten sus recuerdos más recientes con esta ciudad, a la que visitó en noviembre pasado y a la que volverá el próximo 19 de febrero de 2024 en el mismo escenario.
”Es un lugar que me inspira mucho porque tiene una esencia como de estar en el campo. Es donde normalmente ensayo y grabo alguna maqueta, también he hecho algunas composiciones”, cuenta el cantante andaluz acerca del búnker creativo desde el que habla, en las afueras bucólicas de la capital española. “En Madrid no tienes que conducir mucho tiempo para sentirte rodeado de montañas. Aquí estamos como a 700 metros de altitud, más o menos, sobre el nivel del mar y tienes muchas posibilidades para ir con la bicicleta de montaña, para salir a correr... Hay mucha naturaleza estando cerca, incluso ya estando en Madrid hay varios pulmones que la gente disfruta mucho”, describe y tiene sentido al pensar en cómo lo inspira para crear su música liviana. Lo último de Bisbal se llama Me siento vivo, un disco que editó a fines de septiembre y que ya estuvo presentando por estos lares, siendo el argumento principal para seguir rodando por el mundo y, también, para redondear sus primeras dos décadas en la música.
—¿Sos de mirar para atrás y ver cómo el pibe que nació en Operación Triunfo se convirtió en una estrella global?
—(se ríe) Un poco, sí. Yo lo he pasado muy bien, evidentemente. He vivido tantas cosas que menos mal que algunas de ellas las tengo documentadas, porque a veces no te puedes acordar de todo. Lo mejor que me ha pasado en estos 20 años ha sido ir conociendo poco a poco todos los países que he ido visitando, desde el sur de Latinoamérica hasta el norte, pasando también por mi tierra, por España, porque he visitado a lugares maravillosos que antes no conocía, desde mis inicios con la orquesta Expresiones, que fue donde empecé a cantar. Lo mejor de la música es que me ha dado la oportunidad de visitar y encontrarme con gente extraordinaria. Sobre todo con distintos gustos musicales, con gastronomías, con arquitecturas completamente diferentes... Creo que es lo que más me ha enriquecido como artista y como persona.
—¿O sea que te das espacio a recorrer cuando estás en gira? La vida de los artistas parece no ir más allá de los escenarios, hoteles y aeropuertos.
—Sí, puede ser que sea así. Muchas veces he ido solamente a cantar y no he tenido tiempo para visitar. Por ejemplo, ahora recientemente estuve también en Uruguay y es un país que no conozco tanto. Siempre he ido a cantar y no he tenido tiempo para poder descansar. Y eso que me han invitado muchas veces. En Argentina, por ejemplo, he disfrutado un poco más porque sí he tenido más tiempo. Me acuerdo de giras maravillosas que he podido hacer por el interior, he ido a Salta, a Catamarca, a Tucumán, a Neuquén, a un montón de lugares que efectivamente tú puedes tener un tiempo para ti y visitarlos. Cada región tiene sus costumbres y eso me ha gustado vivirlo en estos 20 años. Por ejemplo, nosotros como españoles vivimos nuestra gastronomía, nuestra cultura, nuestra música popular regional. En otro país que me ha sucedido lo mismo es México. Y me encanta que seamos tan parecidos, pero al mismo tiempo tan diferentes.
—”Esto no es suerte, ni es el destino / Es solo el punto final de todos mis caminos”, cantás en tu canción “Me siento vivo”. ¿Qué te inspiró a escribir eso y cómo terminó siendo el título de tu último álbum?
—Es una buena pregunta, porque “Me siento vivo” es una inspiración de mi vida, por así decirlo. De lo que me produce la felicidad que hoy día siento con mi familia. Detrás de cada artista hay una persona. Lo mismo que tú, pues serás periodista y podrás tener tu propio éxito, pero también tienes tus historias y tus sentimientos, tu día a día como ser humano. El año pasado estuve en México bastante tiempo y estuve sin mi familia, a quienes eché muchísimo de menos. Sinceramente eso me pegó bastante duro. Estuve allí haciendo de coach vocal en La Voz, pasé como cuatro meses solo, sin ellos. Al tiempo vinieron y me di cuenta enseguida de que no había un lugar en concreto para sentirte feliz que el lugar era donde estuvieran ellos, donde estaba mi propia familia. Y ya con eso te puedes quedar a vivir donde te dé la gana, en Tucumán, en Sevilla, donde tú quieras. ¿Por qué? Porque el lugar era en ellos. Por eso nació esta canción, que es una de las baladas más difíciles de cantar en mi repertorio y de las más bonitas, también. Melódicamente y armónicamente es una canción preciosa y habla de que me da igual el lugar, porque lo más importante, lo que me hace sentir vivo, es el cariño y el amor de mi familia. Y el disco terminó llamándose así porque después de 20 años de recorrido, qué mejor que sentirse más vivo que nunca a nivel musical y a nivel personal. Creo que es un título perfecto para celebrar.
—¿Por qué decís que es una canción difícil, por su carga emotiva o por una cuestión técnica?
—Sí, más bien por la técnica vocal que tengo que emplear. Tengo canciones que son muy exigentes a nivel vocal, pero según donde las coloques dentro del repertorio de los conciertos, se pueden llevar de una manera mejor. A nivel vocal siempre me ha gustado mucho tener canciones en las que tenga que utilizar casi todo mi registro. No sé si será cuestión de masoquismo, o qué... ¡No tengo ni idea! Pero realmente o las sufres o las disfrutas. Porque si te pilla en un momento de cansancio, también te das cuenta de la complejidad de esas composiciones.
—¿Es una manera subirte la vara a vos mismo?
—Sí, es una cuestión de exigencia. Muchas canciones que tengo en mi repertorio y en un porcentaje muy alto, te diría que entre el ochenta, noventa por ciento, están cantadas en un registro que me exigen mucho. Pues para eso la preparación que siempre tengo que tener es alta, para aguantar en la gira.
—Recién hablabas de la importancia de la familia y en el documental tuyo que salió hace unos meses te abriste como nunca a hablar de tu mundo privado, especialmente del vínculo que desarrollaste con tu padre, quien padece mal de Alzheimer.
¿Cómo resultó hablar de estas cuestiones en público?
—Pues, ha estado bien desde el punto que es un documental que cuando tú lo ves te das cuenta de que efectivamente hablo de cosas que normalmente nunca he compartido. Y las he compartido desde el punto de vista del respeto, entonces te das cuenta de que profundizo, pero no del todo. Es decir, son mis cosas personales. Lo que yo quería hacerle llegar a la gente es que todos tenemos nuestro sueño y nos esforzamos y trabajamos para ello. Pero al mismo tiempo suceden cosas en tu día a día que quizás a lo mejor te lastran un poco. Es decir... Quizás tú vas a tu redacción y ese día te cuesta un poco más, pues porque has vivido quizás un episodio de un familiar que se ha enfermado. Y quería hacerle llegar a la gente que eso me puede suceder a mí o a cualquier persona. Es para tratar de motivar a la gente. Oye, todos tenemos sueños, los trabajamos, y aunque tengas estas dificultades, que lastren un poco más o dificulten un poco más para que tú puedas conseguir ese sueño, al final lo que importa es la unión de todas las cosas que hacen que sean posibles. Eso es lo que quise decirle a mi gente, quizás, con la comunicación que tuve con mi padre, que fue muy bonita, la verdad, sinceramente. Lo que me sorprendió de mi padre fue que no se acordaba del presente, pero se acordaba de canciones o de letras de canciones del año 1960. O se acordaba, por ejemplo, cuando era campeón de España, de boxeo. A veces es difícil, pero también me ha gustado naturalizar eso, porque sé que mucha gente se ha visto reflejada en esa historia.
—¿Sentís que hablar de estas cosas sirven para humanizar a la estrella pop?
—Sí, porque te tienes que subir al escenario y cantar y sonreír y no pasa absolutamente nada, tienes que tirar para adelante. A lo mejor quizás tú no tienes ganas de prepararte para el escenario porque te ha sucedido algo, pero lo tienes que hacer. Y todas las personas vivimos y estamos conectadas con historias diferentes. Al mismo tiempo, estoy seguro de que mucha gente vive la misma situación que uno. Eso es lo que yo quería reflejar con el documental.
—Si bien cada show es distinto en sí mismo, ¿cuán diferente será lo que hagas en febrero con respecto a lo que el público de Buenos Aires vio en noviembre pasado?
—El de noviembre estuvo muy enfocado en el vigésimo aniversario. Ahora pienso incluir algunas canciones más del nuevo disco y también pienso ampliar el repertorio con los temas de las telenovelas (”Herederos”, “Por siempre mi amor”). La lista será distinta y también las visuales, como para que la gente pueda ver algo completamente diferente. Será una maravilla porque como lo disfruté en noviembre, sé que en febrero lo voy a disfrutar todavía mucho más. Te vuelvo a decir que voy a tocar en un lugar que es espectacular para los músicos. Me he quedado sorprendido porque no es muy común encontrarte en un sitio amplio y que al mismo tiempo suene bien y que la gente pueda verte bien.