Laguna Seca es una comunidad rural que está a 28 kilómetros de la localidad de Sampacho, 15 kilómetros de Suco y 14 kilómetros de Achiras. Se encuentra en una zona de bañado. 

Allí está el edificio del Centro Educativo José de San Martín que este 17 de octubre cumplió 80 años. Se encuentra en un entorno muy confortable, rodeado por un mar de sembradíos, un arroyo que pasa por el frente y aves de múltiples colores. El festejo consistió en una misa, un almuerzo, una coreografía de un gato y un campeonato de truco y chinchón.

La Lic. en Educación, Paola Romina Leguizamon es su directora y desde el 2016 está a cargo de la institución. En Gente Necesaria narró que las paredes de la escuela son de barro y se construyó tras la donación de un lote cercano al lugar donde inicialmente se había construido.

“En 1943 cada alumno agarró su banco y lo llevó caminando al nuevo edificio que se ubicaba a 2 kilómetros del inicial. El resto del mobiliario se trasladó en sulky”, manifestó. En sus épocas de gloria, la institución tenía más de 40 alumnos pero en la actualidad son cuatro los niños que conforman el plurigrado. Algunos son hijos de peones y otros integrantes de familias golondrinas. “Por esto la matrícula sigue baja”, añadió.

Paola vive en Sampacho y viaja todos los días al Centro Educativo por lo que realiza entre ida y vuelta cerca de 60 kilómetros.
 
Sostuvo que la tarea como docentes rurales es luchar para que estas escuelas sigan abiertas, continúen enseñando y brinden un espacio de encuentro. “Yo apuesto a la educación rural porque es un entorno cómodo, más tranquilo y cercano. Me gusta la ruralidad, el plurigrado y ver como entre las distintas edades aprenden y se ayudan”, afirmó.

Destacó que en los últimos años, las escuelas rurales tienen internet lo que les permite comunicarse con los alumnos por whatsapp cuando las condiciones climáticas impiden que lleguen a la escuela ya que la señal telefónica es poca.

“Los chicos salen muy bien preparados en la ruralidad desde el punto de vista pedagógico”, señaló y lo atribuyó a que los docentes pueden estar más cerca de los alumnos y pendientes de sus avances lo que permite redefinir las estrategias de enseñanza cuando no están siendo efectivas las utilizadas.

Por último dijo que las docentes rurales ven crecer a los niños ya que algunos están desde la sala de 3 años y se genera un vínculo muy lindo con los ex alumnos. “Más de una vez me dicen mamá”, concluyó.