El nuevo álbum se titula "Espejismos" y contiene diez canciones. Skay canaliza su espíritu viajero y trashumante sobre una base enérgica que recuerda al sonido de Los Redondos en la época de “¡Bang! ¡Bang! Estás liquidado” (1989).
el artista argentino Skay Beilinson lanza su octavo álbum en solitario, titulado “Espejismos”, que se destaca por su poderosa musicalidad.
En este momento, cuando su carrera en solitario cumple 21 años, el talentoso guitarrista y cantante nos presenta su nueva obra. El título del álbum, “Espejismos”, evoca una conexión con el pasado, recordándonos una balada llamada “Espejismo” de su época con Los Redondos en 1993, que incluía la memorable frase “lo mejor de nuestra piel es que no nos deja huir”.
El álbum se abre con la introspectiva declaración de Skay: “La vida se teje en un telar, los hilos de la trama no se ven”. La primera canción, “La trama secreta”, nos sumerge en un viaje musical que sintetiza la rica trayectoria del artista en menos de cuatro minutos.
Con un enfoque literario, “Carrousel” narra la historia de un habitante del conurbano que recorre el mundo y, finalmente, regresa a sus raíces en un ciclo eterno. Las letras reflejan un existencialismo sentimental con versos como “La vida es un instante/ un beso, una quimera/ andamos por el mundo/ buscando quién nos quiera”.
El sonido contundente de Los Fakires, la banda que acompaña a Skay, aporta un marco sólido y expansivo que permite al guitarrista desplegar solos épicos, como los de “Palomas y escaleras” y “¡Corre, corre, corre!”, que incluyen inflexiones orientales y la urgencia de una huida.
El álbum “Espejismos” se mueve a través de referencias geográficas que abarcan desde el desierto de Atacama hasta Estambul, proporcionando puntos de referencia en la canción “Inventario”. Aquí, Skay canaliza su espíritu viajero y trashumante sobre una base enérgica que recuerda al sonido de Los Redondos en la época de “¡Bang! ¡Bang! Estás liquidado” (1989).
A lo largo del álbum, Skay demuestra su habilidad única en la guitarra, presentando solos memorables, como en “Yo soy la máquina”, que critica la manipulación del orden mundial por parte de un sistema económico siniestro y el papel de las redes sociales como narcóticos digitales.
En la canción “Otras puertas, otros mundos”, Skay hace hablar a su guitarra, recordándonos el sonido que lo llevó a las grandes ligas del rock argentino junto a Los Redondos. Sin pretensiones exageradas ni solemnidad, Skay ofrece su perspectiva personal sobre el mundo desde su propio punto de vista. Sus discos, como “Espejismos”, son auténticas fuentes de felicidad cuando provienen de artistas de su calibre.