Investigaciones limitadas muestran que este tipo de terapia lleva a las personas a relajarse, lo que puede ayudar a controlar la percepción del dolor y reducir el estrés.
El Reiki es una técnica de sanación espiritual que utiliza movimientos de las manos para guiar la energía a través del cuerpo para mejorar la curación emocional, espiritual y física. Es una terapia complementaria que se utiliza junto con la medicina convencional para ayudar a mejorar las condiciones de salud y el bienestar.
Ninguna investigación de alta calidad demuestra que esta terapia manual pueda curar o tratar problemas de salud. Sin embargo, las investigaciones sugieren que las sesiones mejoran la relajación, lo que puede ayudar a reducir el dolor, el estrés y la ansiedad.
Sin embargo, no hay suficiente evidencia de alta calidad para demostrar que el Reiki es efectivo en el tratamiento de cualquier condición de salud. Los estudios por lo general incluyen tamaños de muestra pequeños y autoinformes. Tampoco hay pruebas concretas del flujo de energía que es la base del Reiki o un mecanismo probado sobre cómo exactamente afecta al cuerpo para ayudar a reducir el estrés o el dolor.
Qué es el Reiki
El Reiki se originó en Japón y se ha practicado durante miles de años. El Reiki, tal y como lo conocemos hoy en día, ganó popularidad a principios de 1900 después de que Mikao Usui creara una técnica llamada Sistema Usui de Sanación Natural. Esta forma de Reiki se convirtió en el estilo predominante practicado en todo el mundo.
Reiki significa “energía de fuerza vital guiada espiritualmente”. Proviene de las palabras japonesas rei (“vida universal”) y ki (“energía”). La creencia fundamental del Reiki es que cada ser vivo tiene una energía de fuerza vital que puede ser guiada a través del cuerpo para promover la curación.
La terapia tiene sus raíces en las prácticas espirituales del budismo Shingon y Tendai. Sin embargo, no es una religión.
Cómo funciona el Reiki
Los practicantes de Reiki creen que puede mover energía saludable a través del cuerpo para promover la curación física, espiritual y emocional. Un practicante ayuda a mover esta energía con toques ligeros o colocando las manos sobre el cuerpo. La investigación no ha encontrado la forma exacta en que funciona esta energía, ni siquiera, si realmente existe.
Aun así, algunas investigaciones sugieren que el Reiki puede activar el sistema nervioso parasimpático para disminuir la frecuencia cardíaca y la presión arterial, fomentando la relajación. También puede ser un efecto placebo, lo que significa que el tratamiento no hace nada, pero la persona cree que funciona, lo que puede mejorar la salud emocional y, a veces, incluso física. Sin embargo, hay investigaciones que encontraron que el Reiki con frecuencia funciona mejor que los tratamientos con placebo.
Una sesión de Reiki suele durar entre 45 y 90 minutos, y debes beber agua antes y después de la sesión para mantener la hidratación. Por lo general, se usa una camilla de masaje, aunque las sesiones también se realizan sentados o de pie.
Luego, el practicante de Reiki mueve suavemente sus manos para ayudar a que la energía de la fuerza vital fluya a través de su cuerpo. Enfocarán sus manos en áreas como la cabeza, el torso, los brazos y las piernas, o áreas que se correlacionan con los siete centros de energía principales del cuerpo, conocidos como chakras. Si alguien está herido o enfermo, el practicante de Reiki generalmente colocará sus manos sobre la lesión o la fuente de una enfermedad.
Un reikista se enfocará en varias áreas durante 1-5 minutos hasta que sienta que la energía se ha ido. La persona que recibe Reiki puede sentir sensaciones de calor y frío, hormigueo o nada durante su sesión. Se considera seguro y no está relacionado con resultados dañinos.