Clara Azucena Rechichi de Borgogno, “Pocha” es una vecina de Coronel Moldes, editó el libro “Recortes de memoria, historias de familia” en el cual trabajó a lo largo de 20 años recopilando historias familiares, anécdotas e investigando sobre acontecimientos históricos donde su familia paterna italiana se vio involucrada.

Gente Necesaria dialogó con ella sobre cómo fue el proceso desde la primera palabra. 

Clara dijo que su papá les narraba la historia de su vida a modo de cuento y de una manera tan atractiva que convocaba a toda la familia a su alrededor. “Me grabé en la mente todas sus vivencias y mi nieta mayor, Ana Paula, me insistió mucho para que dejará plasmado en un libro lo que contaba el nono Vicente”, señaló.

En el 2003 ella se fue de viaje de egresados a Bariloche, y ahí fue que “Pocha” comenzó a escribir el libro familiar. Fue así que, tras dos décadas de trabajo pudo editar e imprimir 25 ejemplares para cada uno de los integrantes de la familia.

“Amo a mis seis nietos porque son buenos chicos y trabajadores”, agregó. En tanto su hija Gloria la ayudó con la redacción y su nieta Ana Paula le escribió el prólogo.

El papá y el abuelo

El abuelo de Clara se fue a la guerra y dejó a sus hijos a cargo de la esposa. Sin embargo, ella falleció producto de la peste española y sus hijos quedaron a cargo de una tía. Cuando el nono de Clara llegó de la guerra encontró a sus hijos muertos de hambre.

Luego contrajo matrimonio en segundas nupcias, madrastra que era de bastante mal carácter y con la cual sus hijos no tenían muy buena relación. Por esto, el nono, al ver lo mal que se llevaban, le ofreció a su hijo Vicente embarcarse para Argentina, hicieron todos los papeles en Génova y así fue que tras 20 días de viaje llegó a nuestro país. 

Vicente eligió la localidad de Coronel Moldes porque sabía que otros paisanos del sur de Italia habían venido para estas tierras.
En diálogo con Gente Necesaria, Clara comentó algunas anécdotas de la llegada a Argentina, las vivencias que tuvieron junto al resto de los inmigrantes y su llegada en un tren de carga a Coronel Moldes.

“Después de trabajar por muchos años con una familia, mi papá se fue a trabajar en las máquinas con un señor muy adinerado de la zona. Trabajó como peón de campo y ahí conoció a mi mamá cuando tenía 22 años ella y 23 años él. Ahí se enamoraron”, señaló.

Por último aclaró que el libro no está a la venta y que no imaginaba la repercusión que tendría.