Un trio de cetreros kazajos ponen a prueba a sus águilas reales mientras dan cazan a distintos animales por su piel. El fotógrafo profesional de paisajes y viajes Kah-Wai, estaba visitando el distrito de Altantsugts, en la provincia de Bayan-Ulgii, al oeste de Mongolia, cuando fue testigo de esta maravillosa escena.
"Las cacerías de los cetreros se producen principalmente por las pieles, no por carne. Esta piel es una parte integral de la vestimenta tradicional kazaja, ya que las temperaturas en el invierno oscilan entre menos -20ºC y -45 ºC. Se cazan varios animales por su piel, incluidos conejos, liebres, marmotas, zorros rojos, corsacs, gatos monteses y lobos".
Se necesitan muchos años para entrenar al águila real. De hecho, solo se entrena a las águilas reales hembra jóvenes, ya que son más grandes, más poderosas y agresivas que los machos, y pueden alcanzar una envergadura de 2, 3 metros y un peso de hasta 7 kilogramos cuando se desarrollan por completo.
Para ello, las águilas hembras son capturadas en sus nidos con solo unos meses de edad. Luego son entrenadas por su dueño, con el que desarrollan una relación muy estrecha. El águila permanecerá con su este durante 10 años y luego será liberada y en la medida de lo posible disuadida de regresar. El dueño continuará vigilándola para asegurarse de que se está alimentando y reintegrando bien. Será entonces cuando estas también estén en edad reproductiva.
La tradición de la caza con águila tiene más de mil años, tal y como muestran las pinturas rupestres de la Edad del Bronce. Fue heredada por los kazajos de sus antepasados túrquicos y mongoles, y ya practicaban este arte cuando surgieron como grupo étnico en el siglo XV. Se trata de una cultura única en el mundo que está al borde de desaparecer, ya que las generaciones más jóvenes se están mudando a las ciudades.