Guillermo del Valle y Alejandro son padre e hijo y se eligieron como tal, pese a haber estado separados por varias circunstancias. Los dos se conocieron en Misiones, mientras Guillermo recorría en moto las rutas junto a un amigo y su vehículo sufrió un problema/percance. En un taller mecánico es donde conoció a Alejandro, por entonces de ocho años.
Hoy, los dos son relojeros que han trabajado en monumentos históricos, como la Casa Rosada, la Casa de Tucumán y el palacio municipal de Río Cuarto.
La Tarde del Limón dialogó con este profesional que ahora está en Quito, Ecuador, trabajando en un proyecto profesional. Vive en Colonia Caroya y tiene su taller en Jesús María donde se dedica a la fabricación y reparación de relojes monumentales los cuales tienen más de 70 centímetros.
Mencionó que Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba son las provincias que tienen la mayor cantidad de relojes monumentales.
Por otra parte, señaló que más del 60% de los relojes monumentales del país no funcionan por múltiples motivos como el costoso valor de su arreglo, la dificultad de puesta en marcha de un reloj, la falta de mantenimiento y la falta de personal capacitado para esta tarea.
Narró la emotiva historia con su hijo Alejandro, quien hace un año fue papá biológico y ahora planifica agrandar la familia siendo papá adoptivo.
Conductora: Mercedes Magnano
Operador: Andres Berretta
Producción Periodística: Carolina Chiarotto