La profesora de Historia y periodista, Irene Ballatore, investigó la participación de Jujuy en las luchas por la independencia nacional. Por esto, Gente Necesaria, se contactó con ella en el marco del aniversario 211 años del Éxodo Jujeño ocurrido en 1812.

Señaló que por esos momentos, Argentina era una patria que se estaba haciendo compuesta por pueblos que si bien tenían cierta  unidad por su pertenencia cultural e histórica, no había un símbolo patriótico ni gobierno que los uniera.

“Belgrano tuvo la tarea de remontar una revolución que estaba muy desprestigiada y una fuerza militar a punto de ser derrocada por el Ejército Realista compuesto por más tropas, logística y recursos”, indicó.

El Ejército del Norte comandado por el general Manuel Belgrano tenía cerca de 900 soldados, muchos de los cuales habían caído enfermos y otros habían desertado.

En este marco, decidió convertir a la ciudad de Jujuy en un cuartel, donde todo el pueblo fue convocado a combatir y cumplir con el dispositivo conocido como “tierra arrasada” que tenía una serie de órdenes. Entre ellas se encontraba retirar el ganado, la cosecha, abandonar las viviendas y desplazarse desde Jujuy a Tucuman, recorrido que los jujeños realizaron caminando.

Dijo que el Éxodo Jujeño permitió retardar el tiempo de avance del Ejército Realista para luego batallar en Salta y Tucuman. En tanto, desde lo político el mensaje del pueblo fue contundente para los realistas, “preferían dejar todas sus pertenencias antes que obedecer al Rey de España”.

“Jujuy vive esta fecha con un fervor patriótico único, donde los lugareños dialogan con sus abuelos sobre lo ocurrido. Durante las horas previas, recorren las calles de los pueblos representando con la mayor fidelidad posible las horas previas al Éxodo”, indicó.

Por último señaló que el pueblo jujeño desde 1810 a 1825 luchó junto a los salteños para evitar el avance de las invasiones realistas con un costo material y humano inmenso.