A simple vista y a rasgos generales, se pueden observar ciertas características en los vehículos más modernos que difieren de modelos anteriores. Quienes aprecien los detalles vehiculares, habrán observado que los automóviles modernos tienen
parantes delanteros mucho más voluminosos que los de generaciones anteriores. ¿Por qué?
En principio, la
función de los parantes, además de brindar rigidez, es servir de transporte para cables de sensores, airbags e incluso pasos de aire de climatización. Con la actualización de los modelos más nuevos, la superficie vidriada del frente de los vehículos se ha reducido, adaptándose a las tendencias de diseño. Pero para que esto se desarrolle de esta manera, existen
razones técnicas más que estéticas.
Ya no hay dudas de que la tecnología avanza cada vez más sobre los diseños automotores, permitiendo el uso de
parantes inteligentes. Con las nuevas tecnologías, por ejemplo, cuando un conductor transita con su vehículo y el semáforo corta el tránsito con la luz roja, al cambiar a la luz verde se autorizará a avanzar a los automovilistas que estaban esperando en la calle perpendicular.
Algunos lo harán en línea recta y otros girarán hacia la derecha o la izquierda, según corresponda. También los peatones del sentido perpendicular avanzarán con la luz verde, y aunque tienen prioridad para cruzar, también los automóviles deberán pasar en algún momento.
Este tipo de situaciones hacen que sea puesto en cuestión el tipo de parantes con los que cuente un vehículo, ya que cada esquina se convierte en un
punto crítico. Y es aquí en donde entran en juego las decisiones que tienen que ver con la responsabilidad de cada conductor con respecto a la
seguridad vial, debido a que es donde confluyen automóviles que frenan, aceleran y doblan, con peatones o ciclistas que cruzan, todo al mismo tiempo.
Responsabilidad en la Seguridad Vial
Al conducir ocurren todo el tiempo situaciones que implican
riesgos. Quienes estén al volante notarán que hay muchas circunstancias en las que de repente aparece un transeúnte, una bicicleta o una moto, sorprendiendo al conductor, como saliendo de un punto ciego.
Y es aquí en donde se pone en cuestión el tamaño de los parantes. La fuente de donde emergen es el área posterior del soporte vertical, conocido en la industria automotriz como Pilar A. Este elemento constituye el
marco del parabrisas al cual se unen las puertas delanteras. Incluso, al observar detenidamente, existe una suerte de sombra que se forma detrás de dicho soporte, lo que puede ocultar parcialmente la presencia de una persona que intenta cruzar por ese lado, por ejemplo.
Si imaginamos la situación descripta, una esquina puede convertirse en un
punto de conflicto. En la sombra del Pilar A, suelen aparecer peatones o ciclistas que sorprenden a los conductores, y este es un evento muy frecuente.
Ante este tipo de casos existe
un componente técnico y uno social: el primero tiene que ver con que los autos tienen el Pilar A cada vez de mayor volumen, entonces ese cono de sombra es más grande porque al proyectarse en perspectiva cubre mayor espacio visual; mientras que el otro problema ya no es técnico sino social, y tiene que ver con el caos del tránsito y la vida acelerada en las grandes ciudades, siendo el flujo de vehículos y su interacción con los peatones una de las grandes preocupaciones de la seguridad vial.
Pero… ¿por qué son más grandes los parantes?
Porque dentro se alojan cables y contactos, los aribags, y hasta conductos de aire que pasan para generar climatización en el Pilar B. Lo que significa que los parantes son más gruesos porque los automóviles ahora son
más seguros, y la tecnología compensa esa zona ciega con diversos sensores.
Por otra parte, este tipo de parantes más anchos tienen otros
objetivos. En un auto con 20 o 30 años de antigüedad, el parante A sólo tenía la función de sostener el vidrio y el techo; mientras que en los modelos más modernos los parantes están para asegurar que las personas que viajan en el vehículo no resulten lesionadas por el aplastamiento del techo en caso de impacto por accidente.
Por lo tanto, existe una suerte de
seguridad pasiva, que explica la relación que hay entre el ensanche de los parantes y la tecnología de los automóviles. Si bien todavía no es equipo de serie de todos los autos, la cantidad de sensores y dispositivos que alertan al conductor respecto a la presencia de objetos en los puntos ciegos, contribuye a compensar la pérdida de visión natural.
Alternativas a los parantes más amplios
Una posible solución al problema de visibilidad para los conductores, es la de la compañía automotriz General Motors, que se encuentra estudiando la creación de parantes con una
sección transparente. A su vez, también está ideando un sistema que permita ver lo que hay detrás de los parantes delanteros, lo que se lograría a través de una sección transparente que sea lo suficientemente grande como para notar movimiento en ese ángulo visual del automóvil.
Hay otros proyectos en ejecución que utilizan
altas tecnologías, como por ejemplo la aplicación de una cámara del lado exterior del Pilar A, que transmita permanentemente lo que ve, y lo proyecte en la cara del mismo parante.
Hay otros factores que pueden
alterar la visibilidad del conductor, y son por ejemplo las calcomanías de inspecciones vehiculares, las cuales reducen notablemente la visibilidad hacia el parante delantero derecho de los vehículos. Ayudaría mucho definir un mejor lugar donde pegar la calcomanía de la VTV o ITV, que no sea justamente sobre el parabrisas y al lado del parante delantero derecho, ya que, si la visibilidad ya está reducida por el Pilar A, colocar esos stickers reduce más aun el campo visual.
De cualquier modo, es responsabilidad de cada conductor contribuir a la seguridad vial, así como contar con una buena cobertura de
seguros de auto. Este es otro elemento esencial para estar protegidos y proteger a los demás. Existen sitios online, como
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