El año pasado, la agroindustria tuvo precios internacionales récord y un superávit comercial de 12 mil millones de dólares, pero el Banco Central solo acumuló reservas por 5,0 mil millones de dólares, a pesar del aumento del endeudamiento del gobierno con organismos internacionales y de los importadores con sus proveedores, por cifra superior a los 8,0 millones de dólares.
A pesar de los esfuerzos y medidas aplicadas, la dinámica del sector externo no se alteró significativamente.
El superávit en cuenta corriente depende de que los ahorros domésticos estén por encima de la tasa de inversión, pero el exceso de gasto público lleva a menor ahorro y atraso cambiario complicando el objetivo de acumular reservas.
La pérdida de competitividad va más allá de la menor cosecha, ya que las exportaciones industriales sufrieron una fuerte caída y las importaciones se pueden sostenerse temporalmente en los niveles actuales debido al swap con China.
La merma en las reservas brutas del Banco Central fue significativa debido a operaciones negativas en el mercado oficial de cambios, pagos que excedieron los desembolsos de organismos internacionales pero también a intervenciones en los “dólares libres” a fin de contener la brecha cambiaria.
A pesar de un eventual acuerdo con el FMI, la trayectoria descendente de las reservas no se detendrá, contexto en el cual la aplicación de una cuarta etapa del dólar soja solo podrá aportar una breve pausa a dicha dinámica.
El encarecimiento de los productos importados se debe a restricciones más estrictas.
Las turbinas de la expansión monetaria se han independizado, lo que representa un desafío adicional.
En Foco 1: Laura Caullo y Joaquín Aguirre
Lo que esconde el mercado de trabajo: salarios deprimidos, precariedad laboral y baja capacitación:
Los indicadores del mercado laboral para el primer trimestre de 2023 muestran tasas de actividad y empleo elevadas, pero los salarios reales están deprimidos.
Los trabajadores informales tienen salarios que no han aumentado desde 2018, mientras que los asalariados registrados mantienen su poder adquisitivo en un nivel más bajo que en años anteriores.
El empleo creado es de baja calidad, con una alta proporción de personas en situación de dificultad laboral.
La comparación internacional muestra que Argentina está rezagada en capacitación laboral.
A nivel regional, la disparidad en el nivel educativo de los trabajadores es notoria, siendo Formosa la provincia con menor porcentaje de trabajadores altamente calificados.