Mayla y Sofia tienen 21 años y fueron las personas más jóvenes de Brasil en realizar esta cirugía a los 19. Hoy una de ellas vive en Argentina.
Mayla y Sofia son gemelas, nacieron en Brasil y tienen 21 años. Mucho se dijo sobre la conexión especial, el vínculo estrecho y la peculiar comunicación en este tipo de hermandad. Pero lo de ellas incluye además algunos hitos históricos: son las primeras gemelas en el mundo en hacerse juntas la cirugía de reasignación sexual y las personas más jóvenes de Brasil en realizar este procedimiento.
El recorrido que las llevó hasta allí y su vida hoy es lo que se se puede ver en “Gemelas transgénero”, la serie documental de seis episodios disponible en HBO Max.
En 2021, a los 19 años, las hermanas se sometieron juntas a la operación en una clínica en la ciudad de Blumenau, en el estado de Santa Catarina. Llevarla a cabo no fue sencillo ni accesible: para poder pagarla su abuelo vendió su casa.
Hoy Mayla vive en Buenos Aires, donde estudia medicina, y Sofia vive en Franca, en el interior del estado de San Pablo, donde estudia ingeniería. Conflictos, elecciones, amor, realización de sueños y el día a día de su lucha contra los prejuicios son algunos de los temas abordados en el reality.
Dificultades, miedo y violencia
Según la estadística de la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (ANTRA), ONG brasileña dedicada a las necesidades de esa población, en 2022 fueron asesinadas en ese país 151 personas trans. A la vez, la organización destaca los altos grados de violencia dentro del ámbito escolar contra niños, niñas y adolescentes trans.
Fue en ese contexto que crecieron ambas jóvenes, donde el bullying y los prejuicios dejaron huellas.
Para ellas, los desafíos fueron constantes. Incluso en las actividades más comunes, en los ámbitos donde debieran haber hallado empatía y tranquilidad sufrieron discriminación y agresiones. Haber estado juntas, destacaron, resultó una suerte de “salvación”.
Su infancia, coincidieron, “fue muy difícil”. Todo el tiempo se topaban con adultos de “mentalidad muy cerrada, con preconceptos” que en nada colaboraban con lo que ellas estaban atravesando. La escuela, en tanto, tampoco resultó fácil: al acoso de sus compañeros se sumó en ocasiones la ausencia de perspectiva de género y diversidad en sus docentes. “Una maestra dijo que deberíamos tener un baño separado por ser mujeres trans”, rememoró Sofia en diálogo con Clarín.
Su familia, aún con sus temores, las apoyó desde el principio. El rol de su madre, dijeron, fue clave. “Mi mamá tenía miedo, no por cómo nosotras fuéramos, sino por cómo la sociedad actuara frente a lo que somos. El miedo principal es que Brasil es el país donde más matan a personas trans, donde la expectativa de vida para nosotras es de 35 años (y todo eso no es por una enfermedad, sino por el simple hecho de ser quienes somos). Es muy triste”, señaló Mayla.
La historia no está edulcorada: las jóvenes reconocen lo duro que resultó para ellas y también para su familia. “Cuando descubrimos todo fue muy difícil para ellos. Hoy es muy difícil ser quienes somos, pero once años atrás era más difícil aún. Les tuvimos que dar tiempo, pero siempre nos apoyaron”, aseguraron.
“Desde los cuatro años mi mamá sabía que yo me identificaba con otras cosas. Al principio mis padres pensaron que Sofía me estaba copiando, pero yo sabía que no”, contó Mayla. Y agregó: “Siempre dice que fue un alivio cuando yo me descubrí y charlé con ella”.
Transitar este camino de a dos, resaltaron, hizo la diferencia. Cada una de las situaciones a afrontar, cada nueva enseñanza, cada decisión tenía a esa otra como fuente de consulta permanente.
“Fue muy complicado, pero todo lo pude pasar porque estuve con mi hermana y por el apoyo de mi familia. Nosotras, cuando éramos chicas, no buscábamos en Google, aprendíamos juntas una con la otra. Lo que yo aprendía, se lo enseñaba a ella. Y lo que ella aprendía me lo enseñaba a mí. Cuando sufrimos prejuicios en la escuela siempre nos teníamos una a la otra, teníamos con quien contar, con quien charlar. Yo no sé cómo hubiese pasado por todo eso si no estaba ella”, explicó la hermana radicada en Argentina.
La intolerancia, la discriminación, el linchamiento virtual y la persecución son algunas de las problemáticas que, según ANTRA, se asociaron al suicidio de 20 personas trans en Brasil durante 2022. Al respecto, Mayla fue categórica: “Yo siempre digo en las entrevistas que la familia tiene que apoyar a sus hijos, porque todas nosotras intentamos el suicidio una vez en la vida”.
Hoy las gemelas viven a un país de distancia. Mayla, desde hace algunos años en la Ciudad de Buenos Aires, celebra la libertad con la que puede moverse en Argentina. “En Brasil es más difícil la aceptación. Acá hay mucho más respeto; acá saben quién soy y no les importa eso”, mencionó.
Llegó al país con el objetivo de estudiar medicina, carrera que actualmente ocupa sus días. Pero, más allá de su vocación, hubo otras cuestiones locales que la conquistaron. “Es un país hermoso, amo vivir acá”, aseguró.
Con 21 años, las gemelas recorrieron un camino en el que la resiliencia es mucho más que una palabra de moda. Y allí el aprendizaje fue tan doloroso como profundo.
Mayla lo resumió así: “Mi abuela nos enseñó que las almas no tienen género. Sofía me enseñó que cuando Dios nos juzgue será por lo que escribimos en el libro de nuestra vida y no por lo que hicimos con nuestro cuerpo. Estoy acá para amar, para respetar y para hacer el bien al prójimo, no estoy robando, matando ni haciendo nada malo”.