Seis meses antes de su muerte, el extraordinario cantante puso toda la energía que le quedaba para dejar una obra póstuma. En ella hay un mensaje para sus fanáticos que fue develado por el guitarrista Brian May.
Freddie Mercury, dueño de una de las mejores voces de todos los tiempos en la escena del rock, grabó hace 32 años su último videoclip con la mítica banda Queen. Muy afectado por el virus HIV, el cantante hizo un esfuerzo titánico para cantar y sus compañeros contaron la historia de ese acontecimiento que es guardado como un tesoro por los fanáticos del músico.
El 30 de mayo de 1991, Freddie –que atravesaba el momento más crítico de su enfermedad- desoyó el consejo de los médicos y le puso su inconfundible voz a la canción These are the days of our lives. Esa sería su última aparición con Queen, una de las más grandes bandas de rock de todos los tiempos.
El genial músico murió seis meses más tarde, el 24 de noviembre. Al entender que le quedaba poco tiempo, quiso que su última obra con la banda británica tuviera su impronta, tal como había sucedido en los 18 años previos. Por eso estaba dispuesto a entregar todas las energías que aún tenía en la interpretación de ese tema con el que concluiría la grabación.
Freddy Mercury y el final: “Todavía los amo”
“Mirándolo en perspectiva, en Days of our lives, Freddie nos estaba diciendo adiós. Hay un montón de detalles que muestran eso”, confesó su amigo y guitarrista de la banda, Brian May, que contó que el cantante terminó de grabar el videoclip y cayó rendido. “Hubo que llevarlo a su casa de inmediato”.
Uno de esos detalles de los que habla Brian está en el final del video. La última toma de Freddie -quien según sus compañeros, conservó el buen humor hasta el final- ante una cámara es tremendamente emotiva. La frase final de la canción dice I still love you (todavía te amo, o todavía los amo). “No fue casualidad que la repitiera una vez más, mirando a cámara, antes de irse”, afirma el guitarrista, que cree ver un mensaje de Mercury.
“Es muy difícil no pensar que fue la más sincera despedida de Freddie de todos sus fanáticos. Yo imagino que eso era probablemente lo que le pasaba por la cabeza, ya sabes, es una bonita frase de despedida», decía el baterista del grupo, Roger Taylor.
El esfuerzo de Freddie no fue en vano: dejó suficiente material para que, tras su muerte y cumpliendo su deseo, el grupo concluyese el último álbum de Queen, que vería la luz cuatro años más tarde: así salió Made in Heaven, publicado el 24 de octubre de 1995, en base a grabaciones inéditas que el cantante había dejado como legado.
Además de sus dotes como cantante, Freddie fue un extraordinario compositor y escribió muchos de los éxitos de Queen, como Bohemian Rhapsosy, Somebody to Love, We are the Champions, Innuendo y Don’t Stop Me Now, entre otros. Junto a la soprano española Montserrat Caballé grabó Barcelona, que fue la canción oficial de los Juegos Olímpicos del 92.
Mercury falleció a los 45 años a causa de una bronconeumonía, derivada de complicaciones del SIDA, enfermedad que confesó padecer un día antes de su muerte. Según su pareja, Jim Hutton, el diagnóstico se lo habían dado después de las Pascuas de 1987, pero Freddie quiso mantenerlo oculto.
Curiosamente, Freddie había nacido el 5 de septiembre de 1946 en la isla de Zanzíbar, entonces un protectorado británico y actualmente parte de Tanzania, Su padre, empleado del gobierno inglés, había sido enviado allí por entonces. En 2005 fue nombrado el mejor cantante masculino de todos los tiempos, según los resultados de una encuesta hecha por medios especializados.