Su jefe se suicidó. El hombre se disparó en la boca cuando la policía estaba por entrar en su departamento; hay diez detenidos; tenían clientes famosos y de gran poder adquisitivo
Al escuchar los golpes en la puerta de su departamento de Las Cañitas gritó: "No tengo nada..." y después preguntó: "¿Quién es?". Cuando advirtió que era la policía, Alejandro Chávez, presunto distribuidor de droga de una banda que tenía como clientes a conocidos personajes de la farándula y personas de alto poder adquisitivo, avisó que tenía un arma y que se suicidaría si intentaban entrar. Cumplió con su palabra. Antes de que los detectives antinarcóticos pudieran ingresar, se mató de un tiro en la boca con una pistola calibre nueve milímetros.
El suicidio ocurrió ayer a las 6.45 en el departamento E del piso 11 de un edificio situado en Olleros 1850, en Las Cañitas. Fue durante uno de los 15 allanamientos ordenados por el juez federal Norberto Oyarbide, que junto con el fiscal federal Germán Pollicita y la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal investigaba a esta organización narco desde hacía siete meses.
"Chávez tenía un grado de paranoia importante. La puerta del departamento estaba blindada y antes de que llegara la policía había consumido cocaína", confió una calificada fuente del caso.
Durante los procedimientos fueron detenidos diez sospechosos, entre los que se encuentran, según informaron fuentes con acceso al expediente, Rodolfo Bomparola, hermano de la reconocida diseñadora de ropa Evangelina Bomparola, y la modelo publicitaria de nacionalidad dominicana Zahina Rojas.
También se detuvo a un matrimonio integrado por dos ciudadanos bolivianos que, según dijeron fuentes judiciales, tenían un papel importante en la organización narcocriminal: eran los proveedores de la cocaína.
"Se ha desbaratado a una importante banda de narcotraficantes", sostuvo el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni. Diez horas después del suicidio de Chávez, los detectives policiales al mando del comisario inspector Néstor Roncaglia encontraron en un departamento de Olivos, en el partido de Vicente López, el lugar donde la banda acopiaba y fraccionaba la droga.
"Descubrimos el centro de acopio", afirmó Berni al salir del edificio situado en Entre Ríos 1371, en Olivos, donde fueron secuestrados seis kilos de cocaína de alta pureza y una bolsa con dosis de metanfetamina. El lugar era ocupado por un sospechoso identificado por fuentes policiales como Gastón Mercau, que había sido detenido pocas horas antes. Según explicó Roncaglia, le secuestraron una camioneta BMW X6, valuada en 100.000 dólares.
UN NIÑO
"Cuando los detectives de la Policía Federal irrumpieron en el living se encontraron con un niño de cuatro años. Era el hijo de Mercau. El chico estaba en el living y en la cocina estaban los seis kilos de cocaína", confió a LA NACION una fuente con acceso al expediente. El departamento de Olivos había sido alquilado hace dos semanas a un costo de 4500 pesos, agregaron voceros de la causa.
Según explicó una fuente de la Policía Federal, Mercau ya había sido detenido en diciembre pasado en un country de Pilar en otra investigación por venta de drogas.
La investigación de la banda de Las Cañitas comenzó en mayo pasado, cuando detectives de la Policía Federal descubrieron a Rojas en una actitud sospechosa en locales gastronómicos de la zona.
"Se descubrió que la organización vendía al menudeo cocaína, marihuana, LSD y metanfetamina en Las Cañitas y en la zona de la costanera porteña", explicaron los detectives que intervinieron en el caso.
Los investigadores dijeron que el departamento de Las Cañitas donde se suicidó Chávez era utilizado como lugar donde se preparaban y de donde salían los paquetes para los clientes de la banda.
Según fuentes con acceso al expediente, de las escuchas telefónicas surge que entre esos clientes había personas "famosas y de alto poder adquisitivo".
Entre el allanamiento en Las Cañitas y el procedimiento en Olivos se incautaron de ocho kilos de cocaína, que, según sostuvo Berni, son de "alta pureza". El funcionario nacional explicó que "cada kilo de cocaína de máxima pureza se puede estirar hasta los cuatro kilos, y cada 1000 gramos se pueden hacer 2000 dosis" para vender al menudeo, como hacía esta organización desbaratada en las últimas horas.
Después del allanamiento en Olivos, Roncaglia dijo a los medios de comunicación que en Europa un kilo de cocaína cuesta entre 37.000 y 40.000 euros, pero que "en la Argentina la ganancia está en la venta al menudeo". El jefe policial explicó que "vendiendo 2000 dosis por kilo la ganancia es similar a la que se hubiera obtenido si se hubiese distribuido en Europa".
Los sospechosos detenidos comenzarán a ser indagados hoy por el juez federal Oyarbide. (Fuente: lanación.com)